MUTACIÓN ARTIFICIAL PARA EXTERMINAR A LOS MOSQUITOS PORTADORES DE MALARIA

Científicos del Imperial College de Londres (Reino Unido) han erradicado una población cautiva de mosquitos transmisores de la malaria mediante la introducción de una mutación genética que vuelve a las hembras estériles. La técnica que han utilizado, denominada genética dirigida o impulso genético, consiste en editar el ADN de unos pocos individuos y esperar a que la mutación se extienda en generaciones sucesivas. Este logro permitirá liberar mosquitos modificados para erradicar poblaciones salvajes de insectos transmisores de enfermedades como la malaria, el dengue, la fiebre amarilla o el zika.

Esta es la primera vez que un experimento logra anular la capacidad de reproducción de una población entera de animales en el laboratorio utilizando edición genética para modificar el gen que determina el desarrollo sexual de una especie. En experimentos anteriores de otros investigadores, los mosquitos desarrollaron mutaciones nuevas que les confirieron resistencia a la modificación genética inducida en pocas generaciones.

“Lo increíble aquí es que también se produjeron mutaciones, pero esas nuevas variantes genéticas hacen que el gen que determina el desarrollo sexual deje de funcionar. No han podido desarrollar resistencia”, señala Andrea Cristiani, el autor principal del estudio.

Cristiani y sus compañeros aplicaron la técnica de edición genética CRISPR para modificar un gen que determina el desarrollo sexual en mosquitos de la especie Anopheles gambiae. Introdujeron la mutación en el 12% de una población de 600 insectos. A lo largo de un año los científicos cuidaron de los mosquitos, alimentando a las larvas con comida de gato, a los machos adultos con agua azucarada y a las hembras (las únicas que pican) con sangre descartada del banco de donantes. La mutación se extendió paulatinamente, de modo que en un espacio de entre 7 y 11 generaciones no quedaba ningún animal, en lugar de los 20 millones que cabría esperar de una población sana.

Según Cristiani, “la gente pensaba que nunca podría funcionar”, porque parece contradictorio que una mutación que causa esterilidad pueda ser cada vez más abundante en generaciones sucesivas. La clave está en que la mutación es recesiva, es decir, solo afecta a las hembras que tienen dos copias del gen mutado, una del padre y otra de la madre. Estas se desarrollan con características anatómicas de ambos sexos y son incapaces de picar o poner huevos. Todos los machos y las hembras con una sola copia de la mutación pudieron reproducirse con normalidad y así afianzar la modificación genética inducida en la siguiente generación. Con el tiempo, no quedaron suficientes hembras fértiles para asegurar la continuidad de la población.

Los científicos mutaron ese gen concreto porque es una región del ADN “muy conservada” en la evolución que requiere una estructura muy precisa para funcionar. Cualquier alteración de su código genético, por muy pequeña que sea, resulta en la muerte o infertilidad del animal, por este motivo no persistió ninguna de las mutaciones aleatorias que podrían haber otorgado resistencia a la población.


Los investigadores explican que es un avance tecnológico increíble, pero que todavía queda mucho por probar, ya que será necesario experimentar de nuevo bajo condiciones de laboratorio que reflejen el ambiente tropical natural de los mosquitos.

El consenso es que las primeras pruebas de campo no llegarán antes de por lo menos cinco años. “Tengo confianza de que podremos obtener resultados convincentes en la próxima fase de semicautiverio. De ahí a las poblaciones salvajes entramos en territorio completamente desconocido, en el que las decisiones políticas probablemente serán más relevantes que nuestra capacidad técnica”, concluye Cristiani.

Fuente: El País

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