OTRA GALAXIA ROZA LA VÍA LÁCTEA

Hace entre 300 y 900 millones de años, la galaxia enana Sagitario pasó tan cerca de la Vía Láctea que su influencia gravitatoria trastornó las órbitas de millones de estrellas de nuestra galaxia, de una forma similar a como una piedra crea ondas al caer en un estanque.

Diversos estudios han permitido ver que el eco de ese encuentro se sigue notando aún hoy, ya que al publicar el nuevo mapa de estrellas se percibieron anomalías en el movimiento de las mismas.

Un equipo internacional de astrónomos liderado por el Institut de Ciències del Cosmos de la Universidad de Barcelona (ICCUB, IEEC-UB) y la Universidad de Groninga (Países Bajos) han reconstruído este episodio de la historia galáctica. Los resultados implican que las galaxias no son estructuras aisladas y en equilibrio, tal y como se consideraban hasta ahora en los modelos astronómicos.

En abril, cuando se hizo público el nuevo mapa, se encontraron con una anomalía en el movimiento de las estrellas.

“Primero pensamos que era un error”, 
recuerda Teresa Antoja, investigadora 
del ICCUB que ha codirigido el trabajo. Estaba analizando el movimiento de millones de estrellas del disco de la Vía Láctea mediante gráficos de su posición y velocidad. Los gráficos debían ofrecer un aspecto difuso si se de un modo uniforme, pero en lugar de eso apareció un patrón en forma de espiral.Los investigadores comprobaron una y otra vez los datos del movimiento de seis millones de estrellas, y ahí vino la gran sorpresa. Era una forma perfecta que no habían visto nunca y que no sabían que podía aparecer.

Las estrellas de la Vía Láctea orbitan el centro galáctico, pero también se mueven arriba y abajo en el plano de la galaxia. La espiral que han observado los astrónomos –que no se puede observar en el espacio, ya que es el producto de una representación matemática– implica que las estrellas de nuestra galaxia sufrieron una perturbación en su movimiento vertical en el pasado.

Para descubrir la causa de la perturbación, Antoja y su equipo viajaron atrás en el tiempo utilizando modelos por ordenador para simular el movimiento de las estrellas. Los resultados revelan que sus trayectorias se alteraron en algún momento hace entre 300 y 900 millones de años, lo cual apunta a un único culpable: la galaxia enana Sagitario.

Sagitario es una galaxia satélite de la Vía Láctea, está ligada gravitacionalmente a nuestra galaxia y la orbita en una trayectoria más o menos circular. Pero, a diferencia de otros satélites, Sagitario es la que más cerca se encuentra de la Vía Láctea.

Sin embargo, cada cierto tiempo Sagitario se acerca aún más de lo habitual a la Vía Láctea. Es lo que ocurrió hace entre 200 y 1.000 millones de años, cuando se situó a una distancia de unos 50.000 años luz del centro galáctico –en comparación, el disco de la Vía Láctea mide de lado a lado unos 100.000 años luz–. Los astrónomos ya conocían este dato, pero no sabían que el acercamiento de Sagitario podía haber tenido un efecto tan grande en las estrellas de nuestra galaxia.

De hecho, actualmente Sagitario vuelve a estar cerca del lugar de su órbita que más la aproxima a la Vía Láctea, aunque todavía no se han notado sus efectos. Entre otras razones, porque ahora es mil veces menos masiva que durante el último encuentro. Igualmente, una investigadora del ICCUB predica que Sagitario desaparecerá dentro de unos 500 millones de años absorbida por la Vía Láctea.

Fuente: La Vanguardia

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