Mucha gente evita los carbohidratos con la excusa de no subir de peso. Las dietas que reemplazan los carbohidratos por proteínas o grasas animales se han vuelto muy populares en los últimos años porque dicen que conducen a la pérdida de peso y al riesgo reducido de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2. A pesar de esto, las dietas bajas en carbohidratos no son seguras y deben evitarse.
Los hidratos de carbono son nutrientes necesarios para que el organismo funcione correctamente, siempre y cuando provengan de fuentes naturales y no sean procesados, ya que con estos últimos se pueden desarrollar múltiples enfermedades. La recomendación para el consumo de carbohidratos es de entre el 40 y el 60%.
Muchos estudios muestran los beneficios a corto plazo para el peso y la salud de las dietas bajas en carbohidratos. Debido a que fueron estudios a corto plazo, no han podido evaluar cómo las dietas bajas en carbohidratos afectan la longevidad. Un equipo de la Universidad de Harvard y la Universidad de Minnesota decidieron analizar los datos del estudio sobre el Riesgo de Aterosclerosis en las Comunidades.
Una investigación publicada en The Lancet Public Health muestra que la gente que come pocos, o muchos, carbohidratos en su día a día tienen un mayor riesgo de vivir menos. La ingesta de menos del 40 o más del 70 por ciento de carbohidratos diarios está asociada con un mayor riesgo de mortalidad, y al consumo entre 55 y 65 por ciento se le asocia con un menor riesgo.
Los investigadores estimaron que un participante de 50 años que ingiere menos del 30 por ciento tendrá una media de edad de 79.1 años, en comparación con los 82 años si alguien consume más del 65 por ciento de hidratos de carbono.
Para comprobar que los datos no solo se debieron a la cantidad de carbohidratos ingeridos, se observaron otros factores de dieta y estilo de vida de los cuales se conoce que afectan a la salud y la longevidad. Gracias a esto, también se observó que la mortalidad aumentó en los participantes que seguían dietas en las que los carbohidratos son reemplazados por grasas o proteína animal, mientras que el riesgo de muerte prematura disminuyó cuando se sustituyen con plantas. Este resultó ser el caso en todos los niveles de ingesta de carbohidratos.
Los participantes que consumieron más proteína y grasa de origen animal (como carne de res, cerdo, pollo y queso) tenían una dieta con mayor cantidad de grasas saturadas que los que consumían más proteína y grasa de origen vegetal (como nueces, panes oscuros o integrales, chocolate y vegetales).
Las dietas ricas en grasas saturadas y proteínas animales se han relacionado de manera constante con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, cáncer diabetes y una menor esperanza de vida; al igual que las dietas que carecen de fibra, antioxidantes y otros nutrientes esenciales que se encuentran en frutas, verduras u otros alimentos vegetales.
Además de la investigación de Lancet, los investigadores de la Universidad Médica de Lodz, Polonia, analizaron la relación entre dietas bajas en carbohidratos, muerte por todas las causas y muertes por enfermedad coronaria, enfermedad cerebrovascular y cáncer sobre una muestra de 24.825 participantes de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Estados Unidos entre 1999 y el 2010. Estos datos mostraron que la gente que ingería menos carbohidratos diarios tenían un riesgo mayor, en concreto del 35%, de morir repentinamente; y un riesgo mayor del 50% de morir por enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular.
Fuentes: Infobae, El Tiempo, MSN
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