
Hasta ahora se había pensado que estos eventos de drenaje eran sucesos aislados, pero esta nueva investigación muestra que los lagos forman una red masiva y se vuelven cada vez más interconectados a medida que aumenta la temperatura. Cuando un lago se drena, el agua se extiende rápidamente debajo de la capa de hielo, que responde fluyendo más rápido. Este flujo más rápido, a su vez, abre nuevas fracturas en la superficie, que actúan como conductos para el drenaje de otros lagos. Así, se inicia una reacción en cadena que puede drenar muchos otros lagos, algunos hasta a 80 kilómetros de distancia.
Los investigadores han empleado una combinación de modelado 3D y de observaciones para mostrar las consecuencias aún desconocidas, vinculadas al creciente número de lagos que se forman en la capa de hielo de Groenlandia.
Los lagos se forman en la superficie de la capa de hielo cada verano, a medida que sube la temperatura. «Muchos existen durante semanas o meses, pero drenan en unas pocas horas a través de más de un kilómetro de hielo, transfiriendo grandes cantidades de agua y de calor a la base de la capa de hielo. Las áreas afectadas incluyen regiones sensibles del interior de dicha capa de hielo, donde el impacto en el flujo de hielo es potencialmente mayor», explica Poul Christoffersen, científico del Instituto Scott de Investigación Polar de Cambridge y autor principal del estudio.
Estos eventos en cascada pueden acelerar temporalmente el flujo de hielo hasta en un 400%, lo que hace que la capa de hielo sea menos estable y aumenta la tasa de subida del nivel del mar asociado. «La transferencia de agua y de calor de la superficie a la base puede escalar extremadamente rápido debido a una reacción en cadena», explica Christoffersen.

«Esta creciente red de lagos de agua de deshielo plantea una amenaza para la estabilidad a largo plazo de la capa de hielo de Groenlandia», insiste Christoffersen. «La capa de hielo, que cubre 1,7 millones de kilómetros cuadrados y que hasta hace 25 años se mantuvo relativamente estable, ahora pierde mil millones de toneladas de hielo al día, lo que provoca que el nivel del mar aumente un milímetro cada año».
El último estudio del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), que recoge el consenso científico en la materia, concluyó que el agua de deshielo superficial, aunque abundante, no afecta al flujo de la capa de hielo. Sin embargo, el estudio liderado por la Universidad de Cambridge empleó imágenes de satélite de alta resolución para confirmar que las fracturas en la superficie de la capa de hielo se abren cuando se produce el drenaje en cascada de los lagos.
«Esto es bastante preocupante. Hemos encontrado pruebas claras de estas grietas a 1.800 metros sobre el nivel del mar y hasta 135 kilómetros hacia el interior desde el margen del hielo. Esto es mucho más hacia el interior de lo que se consideraba posible anteriormente», explica Christoffersen.
Fuentes: ABC, Periodista Digital
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