DIABETES Y DISLIPIDEMIA

La diabetes es una enfermedad relacionada con los glúcidos, pero en los últimos años se han descrito cambios lipídicos asociados con este cuadro, generan una mayor aterosclerosis y pueden superar los efectos celulares de la glucosa. La enfermedad de vasos pequeños está relacionada con la hiperglucemia, pero es difícil atribuir la de grandes vasos a este fenómeno y el control de la glucemia no parece mejorar la enfermedad cardiovascular. Las estatinas son uno de los tratamientos asociados a la reducción del colesterol, estas tienen un efecto significativo sobre las tasas de eventos cardiovasculares en los pacientes con diabetes.

En la transición entre la normoglucemia, la prediabetes y la diabetes, el perfil de ácidos grasos libres es cada vez más anómalo.

Durante la noche, en ayunas, se genera una deficiencia de insulina que hacen aumentar los niveles de glucemia y triglicéridos; estos se almacenan en diferentes partículas de lipoproteínas alternativas desde quilomicrones hasta lipoproteínas de muy baja, intermedia, baja y alta densidad.

La hipertrigliceridemia en ayunas y la posprandial están relacionados con eventos cardiovasculares y muerte; la inanición y la cirugía bariátrica afectan a lípidos plasmáticos y los ácidos biliares en la homeostasis del colesterol es importante. El objetivo fue explorar la relación entre la resistencia a la insulina, la diabetes y la dislipidemia.

La glucosa es una hormona que evita la hiperglucemia posprandial, realiza un gran papel cuando la glucemia está baja, evita el aumento de ácidos grasos libres; estimulan la secreción de insulina en las células beta del páncreas, mejoran el consumo de oxígeno e incrementa la tasa de acidificación extracelular, la glucosa tiene un papel muy importante ya que la secreción de insulina depende de ella.

Las calorías excesivas pueden ser almacenadas por la insulina en el tejido adiposo si la nutrición es excesiva, los ácidos grasos se acumulan en el hígado y en el músculo posteriormente, esto favorece la resistencia a la insulina y la muerte celular programada de células beta.Este dificulta el metabolismo de ácidos grasos y niveles plasmáticos en exceso que conllevan hacia la hiperglucemia, inhibe la beta-oxidación, por lo tanto, esto hace que los ácidos grasostiendan a formar triglicéridos.

El diacilglicerol es un intermediario en la biosíntesis de fosfolípidos y se libera de los mismos mediante la actividad fosfolipasa C. El diacilglicerol liberado a partir de polifosfatos de fosfatidil inositol, o de fosfatidil colina, participa en la transducción de señales al interior de la célula. Este es metabolizado por quinasas específicas, esto sucede cuando la concentración del diacilglicerol es alta y la actividad de las quinasas es baja, se produce entonces un riesgo a la resistencia de la insulina y a la aparición de la diabetes de tipo 2. En la diabetes de tipo 2 o en la obesidad, el exceso de nutrientes provoca niveles altos de diacilglicerol y aumenta la actividad de la proteína-quinasa C, también, aminora la actividad de la quinasa, que fue activada por la adenosina-monofosfato; es estimulada por metformina, con el fin de actuar en el metabolismo de la energía y lípidos, e inhibir la gluconeogénesis.

Existen dos tipos de ácidos biliares, que se sintetizan en el hígado, se combinan con la taurina o glicina y se expulsan en la bilis, están involucrados en la absorción de grasas por medio de la formación de micelas, son capaces de hacer solubles las grasas y el colesterol. Estos ácidos son llamados quenodesoxicólico y cólico.

Cuando en una dieta aumentamos la cantidad de colesterol ingerida, esto hace que se anule su síntesis en el organismo, pero si sucede de forma contraria, la síntesis hepática aumenta; los ácidos biliares activan receptores que presentan efectos que ajustan esta homeostasis y la que procede de la glucosa.

El ácido quenodesoxicólico es un ácido biliar, una sustancia blanca cristalina insoluble en agua, se sintetiza en el hígado a partir de colesterol. Este ácido junto con el ácido cólico son los ácidos humanos biliares más importantes.

Hay presente un polipéptido insulinotrópico que depende de la glucosa y estimula la secreción de insulina, pero en personas que presentan la diabetes de tipo 2, este polipéptido presenta una actividad alternada. Su actuación está dirigida a la reducción de la concentración de ácidos grasos que no están esterificados y al aumento de triglicéridos del tejido adiposo en personas que presentan diabetes de tipo 2.

Los factores de crecimiento fibroblástico presentan una regulación muy importante del metabolismo, disminuyen la colesterolimia, trigliceridemia y glucemia, disminuyen el peso corporal.

La regulación de la homeostasis de ácidos biliares se debe al FCF 19 que activa el FCF 4, se localiza en el hígado, por otro lado, el FCF 21 que antagoniza los efectos.

La estimulación de la transcripción del gen que codifica el FCF 21 en forma cooperativa, es estimulado por el glucagón y la insulina.

Se observó una asociación independiente entre niveles plasmáticos de FCF 21 y el síndrome metabólico, dado por parte de unos estudios de regresión logística. Otros se dieron cuenta que la concentración de este era más elevada en personas que presentaban diabetes de tipo 2.

El FCF 21 fue mejor que las insulinas glargina y liraglutira para la reducción de hemoglobina glucosilada, resistencia a la insulina, función hepática, lípidos plasmáticos, reducción de la concentración de hemoglobina y mejorar el control de la glucemia, pueden reducir el peso corporal.

Los receptores activados por proliferadores de peroxisomas componen una superfamilia que presenta diferentes isoformas, algunas de ellas cambian la resistencia a la insulina en el hígado o regulan genes implicados en el metabolismo de ácidos grasos, homeostasia de los macrófagos e inflamación.

La forma delta es relativa a la resistencia de la insulina relacionada con la obesidad. Presenta un nivel elevado de expresión en el músculo a diferencia de las otras dos formas. Animales que presentan dietas ricas en fructosa, estas formas deltas disminuyen sus efectos peligrosos y redujeron los triglicéridos del contenido muscular, el aumento de producción de FCF 21 y favorecer la captación de glucosa en ese tejido.

La transición entre la prediabetes, la diabetes y la normoglucemia, es cada vez más raro los ácidos grasos libres y el uso de la encima, que a partir de ácidos grasos libres, sintetiza el diacilglicerol, esto tendría efectos positivos para mejorar, en el tejido adiposo, a la resistencia de la insulina, todo ello conlleva la reducción de peso.

La insulina sustituye a la lipoproteína-lipasa, por esta causa hay una mayor lipólisis cuanto mayor sea el estado de disminución de insulina, también se da cuando hay presentes altos niveles de glucemia. No está regulada la absorción intestinal de triglicéridos, cuando la dieta es rica en grasas, la proporción de lípidos en heces es baja.

Hay presentes transportadores que regulan la absorción del colesterol y la síntesis de apo-B100 es estimulada por ácidos grasos, y esta se modifica a apo-B48 en el intestino.

Las lipoproteínas ricas en triglicéridos se ven afectadas por la diabetes y las hace más aterogénicas. La producción de radicales es aumentado debido a los estados de hiperglucemia, hay una mayor oxidación de LDL. El efecto antioxidante y beneficioso del HDL sería menor en individuos con diabetes.

Hay una mayor disregulación metabólica presente en personas con un porcentaje muy bajo de insulina, se dieron a conocer las vías metabólicas de colesterol, bilis e hidratos de carbono, esto facilitaría el diseño de tratamientos específicos. Existe una interconexión entre alteraciones de dislipidemia y diabetes, ambos se potencian.

Fuentes: MEDwave, Las Condes
  

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