¿Porque tenemos que dejar de tomar azúcar si el cerebro la necesita? Como dijo el escritor y químico Primo Levi: "El destino del vino es ser bebido, y el de la glucosa, ser oxidada". Por eso este compuesto es el principal combustible para nuestro organismo. No obstante, se recomienda reducir dicho consumo de azúcar libre por debajo del 10% de la ingesta calórica diaria y se anima incluso a bajarla a un 5%, pues sería beneficioso para la salud.
Nuestro cerebro necesita comer de este azúcar para la denominada oxidación catabólica. Un proceso que lleva a cabo un conjunto de reacciones que tienen lugar en las células del organismo, el cual llamamos metabolismo. El mismo consume 5,6 miligramos de glucosa por cada 100 gramos de tejido cerebral por minuto, ni que decir tiene que es primordial ya que las neuronas dependen de esta sustancia. Pero la musculatura también puede hacerse valer de la oxidación de los ácidos grasos, algo que sin embargo nuestro querido cerebro no, se nutre casi exclusivamente de glucosa para su funcionamiento. De hecho, las funciones cerebrales requieren de un continuo suministro de oxígeno y glucosa y cuando esta disminuye por debajo de cierto límite las funciones cerebrales se alteran y podrían llegar a producirse pérdidas de memoria y coma. Nuestro organismo para evitarlo en el caso de la no ingesta de glucosa, lo sintetiza a través del hígado a partir de proteínas, por un proceso al que denominamos gluconeogénesis. Pero a pesar de que el cerebro solo ocupa el 2% de peso corporal, gasta un 20% de la energía total de glucosa fabricada por el organismo: digamos que es su principal consumidor.
¿De donde obtenemos la glucosa? No hay que tomar dulces para que nuestro organismo cuente con la cantidad necesaria, un tópico para que la industria de alimentación comercialice los productos. "Pero pongamos en situación que una persona hace una dieta libre en azúcar, no habría ningún problema". Además de obtenerla a través de la alimentación, nuestro cuerpo puede sintetizarla a partir del glucógeno, un polisacárido almacenado en el hígado y músculos, pero en menor cantidad.
¿Que cantidad debemos tomar? Dado que todos los alimentos acaban siendo convertidos, en mayor o menor medida en energía para el organismo, es decir, en glucosa, debemos tomar la cantidad justa, ni mucha ni demasiado poca. La falta de azúcares en el organismo puede producir un menor rendimiento cognitivo. Es entonces cuando el cerebro nos pide comida y nos lanza una llamada de socorro. Así pues, la glucosa escasea y aparecen varias disfunciones y patologías. "Si el metabolismo se altera, se originan varias alteraciones neurológicas, así como obesidad, diabetes tipo 2, demencia, o Alzheimer". Cabe destacar que si las neuronas no pueden obtener la glucosa que necesitan, se puede desencadenar en un proceso de muerte celular por autofagia, obteniendo energía de si mismas hasta morir. Es así que las neuronas activan una serie de alarmas para que nuestro cuerpo ingiera los alimentos necesarios.
Fuentes: DM Especialidades, Heraldo, El País
Nuestro cerebro necesita comer de este azúcar para la denominada oxidación catabólica. Un proceso que lleva a cabo un conjunto de reacciones que tienen lugar en las células del organismo, el cual llamamos metabolismo. El mismo consume 5,6 miligramos de glucosa por cada 100 gramos de tejido cerebral por minuto, ni que decir tiene que es primordial ya que las neuronas dependen de esta sustancia. Pero la musculatura también puede hacerse valer de la oxidación de los ácidos grasos, algo que sin embargo nuestro querido cerebro no, se nutre casi exclusivamente de glucosa para su funcionamiento. De hecho, las funciones cerebrales requieren de un continuo suministro de oxígeno y glucosa y cuando esta disminuye por debajo de cierto límite las funciones cerebrales se alteran y podrían llegar a producirse pérdidas de memoria y coma. Nuestro organismo para evitarlo en el caso de la no ingesta de glucosa, lo sintetiza a través del hígado a partir de proteínas, por un proceso al que denominamos gluconeogénesis. Pero a pesar de que el cerebro solo ocupa el 2% de peso corporal, gasta un 20% de la energía total de glucosa fabricada por el organismo: digamos que es su principal consumidor.
¿De donde obtenemos la glucosa? No hay que tomar dulces para que nuestro organismo cuente con la cantidad necesaria, un tópico para que la industria de alimentación comercialice los productos. "Pero pongamos en situación que una persona hace una dieta libre en azúcar, no habría ningún problema". Además de obtenerla a través de la alimentación, nuestro cuerpo puede sintetizarla a partir del glucógeno, un polisacárido almacenado en el hígado y músculos, pero en menor cantidad.
¿Que cantidad debemos tomar? Dado que todos los alimentos acaban siendo convertidos, en mayor o menor medida en energía para el organismo, es decir, en glucosa, debemos tomar la cantidad justa, ni mucha ni demasiado poca. La falta de azúcares en el organismo puede producir un menor rendimiento cognitivo. Es entonces cuando el cerebro nos pide comida y nos lanza una llamada de socorro. Así pues, la glucosa escasea y aparecen varias disfunciones y patologías. "Si el metabolismo se altera, se originan varias alteraciones neurológicas, así como obesidad, diabetes tipo 2, demencia, o Alzheimer". Cabe destacar que si las neuronas no pueden obtener la glucosa que necesitan, se puede desencadenar en un proceso de muerte celular por autofagia, obteniendo energía de si mismas hasta morir. Es así que las neuronas activan una serie de alarmas para que nuestro cuerpo ingiera los alimentos necesarios.
Fuentes: DM Especialidades, Heraldo, El País
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