LA PROTEÍNA DEL ALZHEIMER

Un grupo de investigadores de Japón y Australia han desarrollado un análisis de sangre que permite identificar a las personas con altos niveles de una proteína asociada con la
enfermedad de Alzheimer. Esta demencia es una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta como deterioro cognitivo y trastornos conductuales. Se caracteriza por la pérdida de memoria y de otras capacidades mentales. Se espera poder usar este nuevo análisis sencillo para desarrollar mejores tratamientos para la demencia, ya que afecta a millones de personas en el mundo.


En la investigación, con el fin de medir los niveles de amiloide beta en muestras de sangre combinaron dos técnicas: la inmunoprecipitación y la espectroscopia de masas. Sus resultados coincidieron con los obtenidos a través de imágenes cerebrales y el análisis del fluido de la médula espinal. Tras numerosos estudios,se ha afirmado que la prueba del análisis de sangre podría ayudar a realizar ensayos clínicos, dado que es relativamente fácil y barata de hacer.

 El método permite identificar a las personas cuyo cerebro tiene altos niveles de amiloide beta, una proteína esencial en el Alzheimer que puede causar demencia o ser un síntoma.

amiloide beta
Actualmente, todos los medicamentos que se han creado para detener la enfermedad de Alzheimer han fracasado en los ensayos clínicos y muchas farmacéuticas han abandonado el campo. Hasta ahora, no ha habido una manera fiable de identificar a las personas con las primeras etapas de la demencia, por lo que la mayoría de los ensayos clínicos han reclutado pacientes cuyos síntomas clínicos ya son evidentes. En este punto, el daño cerebral asociado con la proteína amiloide beta ya ha ocurrido y puede que sea demasiado tarde para revertirlo. La única forma de identificar la proteína amiloide beta en el cerebro ha sido midiendo los niveles de la proteína directamente en el líquido cefalorraquídeo de la médula espinal, o con imágenes celebrares. Ambos procedimientos son caros e incómodas para los pacientes.

Para medir los niveles de esta proteína en muestras de sangre, los investigadores combinaron dos técnicas: la inmunoprecipitación y la espectroscopia de masas. Sus resultados coincidieron con los obtenidos a través de imágenes cerebrales y el análisis del fluido de la médula espinal. Tras numerosos estudios, afirmaron que la prueba podría ayudar a realizar ensayos clínicos, dado que es relativamente fácil y barata de hacer.

Fuentes: Investigación y ciencia, nature


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