El colesterol es la molécula más importante para la regulación de la fluidez de las membranas celulares, la cual es fundamental para la comunicación intercelular, extracelular, y para el paso de nutrientes y otras moléculas a través de ellas, además de servir como “materia prima” para la síntesis de hormonas sexuales y las de origen suprarrenal; también es precursor de los ácidos biliares, que son sustancias que forman parte de la bilis y que facilitan la digestión de los alimentos grasos.
El colesterol es tan importante para la vida de las células que todas ellas son capaces de sintetizarlo a partir de moléculas más sencillas en un proceso en el que intervienen treintaisiete reacciones químicas, cada una de ellas regulada por la actividad de una enzima distinta. Una persona media sintetiza alrededor de un gramo de colesterol al día y contiene treintaicinco gramos en su organismo. El colesterol puede también ser ingerido con los alimentos, aunque la cantidad ingerida no suele ser suficiente para cubrir las necesidades, por lo que su síntesis es la principal fuente de esta molécula. Las estatinas, uno de los fármacos más consumidos actualmente, no actúan sobre la absorción de colesterol de los alimentos, sino que inhiben la actividad de una enzima importante para su síntesis, lo que consigue disminuir su concentración en la sangre.
Sin embargo, a pesar de la importancia de esta molécula, todos los procesos celulares que influyen en su regulación no son todavía conocidos. Recientemente, se han descubierto dos nuevos modos de regular de la síntesis del colesterol.
El primer mecanismo descubierto nos revela que una molécula presente en el retículo endoplasmático (membranas internas celulares) es capaz de detectar los niveles de colesterol en estas membranas. Si estos son excesivos, esta molécula, denominada Nrf1, se une al colesterol, abandona la membrana y viaja al núcleo celular, donde activa genes que van a activar a su vez un mecanismo de eliminación del colesterol. Cuando este vuelve a los niveles normales, la molécula abandona el núcleo y regresa a las membranas internas. Este mecanismo contribuye para mantener en un rango adecuado la cantidad de colesterol celular.
En el segundo mecanismo descubierto interviene una enzima llamada escualeno monoxigenasa (EMO), también importante para la síntesis del colesterol, aunque no es afectada por las estatinas (que reducen el colesterol). Como Nrf1, esta enzima se encuentra inmersa en las membranas del retículo endoplasmático, donde interacciona con el colesterol presente en ellas.
El descubrimiento de estos dos nuevos mecanismos moleculares que combaten un exceso de colesterol en las células podría conducir en un futuro próximo al desarrollo de fármacos que, al igual que ya hacen las estatinas con otra etapa importante de la síntesis del colesterol, puedan modularlos.
Fuentes: Cienciaes.com, Texas Heart Institute
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