Según los últimos análisis de dietistas y nutricionistas sobre las lonchas de pavo envasadas se nos aconseja evitar este tipo de alimentos supuestamente bajos en calorías ya que generalmente se encuentran ultraprocesados y en la mayoría de las ocasiones el porcentaje de pavo se sitúa en el 50%. Además de agua contiene almidón , dextrosa, aditivos para estabilizar, potenciadores de sabor y conservantes, sal, azúcar, soja, glucosa, incluso en algunas
ocasiones encontramos glutamato monosódico.
Algunos de estos ingredientes como es el caso de la sal y el azúcar no aparecen claramente en el etiquetado, sino camuflado en ingredientes que llevan dextrosa y almidón que son glúcidos.
El caso de la sal es aún mas alarmante porque aunque se utilice en poca cantidad, los potenciadores de sabor con los que compensan esa falta son aun peor para la salud. Este tipo de pavo no tiene especial interés nutricionalmente hablando y sin embargo aporta una enorme cantidad de sal. La marca El Pozo ofrece apenas un 55% de pavo en un envase de fiambre llamado Pechuga de pavo más jugosa. Por otra parte, Campofrío `Fiambre de pechuga de pavo extrajugosa´, solo tiene un 60% de pavo, mientras que los elementos restantes son: sal, azúcares y otros ingredientes confusos para el consumidor de entender.
Tiene un efecto psicológico, las personas que comen pavo envasado de forma habitual piensan que están comiendo sano produciendo la consumición de mayor cantidad cuando realmente tiene un efecto compensatorio. Por lo tanto nuestros hábitos alimenticios se ven muy influidos por la publicidad y ganchos comerciales.
Entre los consejos que nos proporcionan podemos destacar: la limitación en el uso de colorantes y potenciadores de sabor, se incluye la cantidad de azúcar añadido, se ponga a coto el uso indiscriminado de alegaciones nutricionista y revisar los ingredientes para saber que porcentaje de materia prima de calidad estamos consumiendo.
Como alternativa proteica para una comida saludable, los nutricionistas proponen la tortilla, el huevo duro, atún, hummus, sardinas o lácteos no grasos y yogures.
Fuentes:ABC, EL ESPAÑOL
ocasiones encontramos glutamato monosódico.
Algunos de estos ingredientes como es el caso de la sal y el azúcar no aparecen claramente en el etiquetado, sino camuflado en ingredientes que llevan dextrosa y almidón que son glúcidos.
El caso de la sal es aún mas alarmante porque aunque se utilice en poca cantidad, los potenciadores de sabor con los que compensan esa falta son aun peor para la salud. Este tipo de pavo no tiene especial interés nutricionalmente hablando y sin embargo aporta una enorme cantidad de sal. La marca El Pozo ofrece apenas un 55% de pavo en un envase de fiambre llamado Pechuga de pavo más jugosa. Por otra parte, Campofrío `Fiambre de pechuga de pavo extrajugosa´, solo tiene un 60% de pavo, mientras que los elementos restantes son: sal, azúcares y otros ingredientes confusos para el consumidor de entender.
Tiene un efecto psicológico, las personas que comen pavo envasado de forma habitual piensan que están comiendo sano produciendo la consumición de mayor cantidad cuando realmente tiene un efecto compensatorio. Por lo tanto nuestros hábitos alimenticios se ven muy influidos por la publicidad y ganchos comerciales.
También la OCU ha lanzado campañas informativas sobre el etiquetado de los productos alimenticios y aconseja que cualquier consumidor compruebe la información dudosa para comprobar su veracidad.
Entre los consejos que nos proporcionan podemos destacar: la limitación en el uso de colorantes y potenciadores de sabor, se incluye la cantidad de azúcar añadido, se ponga a coto el uso indiscriminado de alegaciones nutricionista y revisar los ingredientes para saber que porcentaje de materia prima de calidad estamos consumiendo.
Como alternativa proteica para una comida saludable, los nutricionistas proponen la tortilla, el huevo duro, atún, hummus, sardinas o lácteos no grasos y yogures.
Fuentes:ABC, EL ESPAÑOL
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