RELEVANCIA DE LOS GLÚCIDOS EN FRACTURAS ÓSEAS

La dieta es un factor decisivo a la hora de proteger nuestros huesos. Hasta ahora, los conocimientos sobre la vinculación entre ambos elementos se limitaban a la importancia del calcio sobre los huesos.

Por primera vez, un equipo de investigadores españoles del Ciber de Obesidad y Nutrición ha demostrado que la ingesta de alimentos que poseen un alto índice glucémico produce el efecto inverso al calcio, provocando la oxidación de los huesos y haciéndolos más frágiles y débiles, aumentando las posibilidades de sufrir una fractura osteoporótica.

Mónica Bulló, investigadora principal y profesora titular del departamento de Bioquímica y Biotecnología de la universidad Rovira i Virgili de Barcelona, asegura que según sus estudios, han comprobado que el riesgo de fractura es hasta tres veces mayor tras la ingesta de alimentos ricos en glucosa, ignorando el resto de factores que influyen en las fracturas óseas osteoporóticas tales como la edad y el sexo.

Además también matiza que hacía tiempo que se conocía esta relación entre dieta y riesgo de fracturas, pero nunca había sido vinculada al consumo de carbohidratos, sino que se había limitado al aporte positivo de calcio y vitamina D.
Resultado de imagen de relacion de la glucemia con fracturas oseasLa explicación para esta relación reside en que cuando ingerimos alimentos con un alto índice glucémico, estos liberan rápidamente su contenido en glúcidos, y al aportar glucosa de forma rápida al organismo, los tejidos óseos se oxidan, lo cual se traduce en una mayor fragilidad y debilidad.

Así pues, y con todos estos argumentos, es importante saber que alimentos tales como cereales refinados, pan blanco, pastas blancas dulces y bollería elaborada con harina blanca, son aquellos que tienen el índice glucémico alto. Sin embargo, eso no implica que deban ser eliminados de nuestra dieta de forma definitiva, tan solo reducirlos lo máximo posible, o siempre que se pueda, sustituirlos por carbohidratos integrales.

La osteoporosis es una enfermedad silenciosa que no presenta síntomas ni dolor, aunque deriva en fracturas vertebrales, de húmero, de muñeca o de cadera, pudiendo provocar dolor y secuelas. Por todo ello, y para evitar este tipo de daños, es importante la toma de productos ricos en calcio, carbohidratos con índice glucémico bajo e incorporar en la dieta aceite de oliva virgen extra, que reducirá el riesgo de sufrir una fractura osteoporótica.

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