“En estudios controlados con deportistas, que se ejercitaron por una hora en temperatura de verano, perdieron en promedio: 146 microgramos de yodo, 42,5 mcg de selenio y 7,5 mcg de cromo”, explica el nutricionista Joshua Morales. Estas cifras se encuentran dentro de las más altas, siendo muy similares a las que pueden perderse cuando realizamos actividades físicas de alta resistencia e intensidad como el ciclismo, triatlón o running.
Para que el cuerpo se desarrolle y funcione de forma correcta necesita de sales minerales como el calcio, magnesio, hierro, manganeso y zinc. Sin embargo, estas se pierden durante el desgaste físico y la deshidratación, por lo que es necesario aprender a recuperarlas.
En la siguiente lista encontrarás cinco datos que debes de saber sobre la importancia de estos compuestos inorgánicos.
1. Evita los calambres. Pueden aparecer durante o al final de los entrenamientos y están relacionadas a la falta de potasio y magnesio. “El déficit de estas sales puede limitar el aporte de oxígeno al tejido muscular, reduciendo el rendimiento deportivo en ejercicios de resistencia, produciendo el calambre”, dice Gonzalo Moreno, nutricionista clínico deportivo.
2. ¿Son más importantes que el agua? No. Ambos deben ser relevantes en tu entrenamiento, de lo contrario no se dará la mejora de las cualidades físicas que se estén buscando.
3. ¿Dónde las encuentro? Consume el magnesio en espinaca, palta o semillas. El calcio lo puedes concentrar en el ajonjolí o el queso. El yodo se encuentra en diferentes tipos de algas y pescados. En tanto, el zinc está en los frutos secos y huevos. “También las puedes encontrar en bebidas deportivas isotónicas, geles, barras, soluciones en polvo y cápsulas que el deportista podría adquirir”, sugiere Moreno.
4. Cada mineral aporta al funcionamiento del cuerpo. Morales lo explica así: "el calcio es el más abundante y necesario para el desarrollo y fortalecimiento de los huesos; el hierro es el principal componente de la hemoglobina y transfiere oxígeno hacia todos los tejidos del cuerpo.
El hierro brinda un buen metabolismo y previene la anemia; mientras que el magnesio es vital para el corazón y la presión.
5. Combate la fatiga. Mediante el consumo de sales minerales se regulan los niveles de sodio en el cuerpo, reduce al mínimo la deshidratación y con ello la fatiga. “Asimismo, el magnesio promueve un mejor descanso nocturno, logrando así que la persona tenga más energía durante el día”, agrega Joshua Morales.
Fuente: EL COMERCIO
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