Uno de los principales objetivos de los investigadores encargados de estudiar la diabetes es conseguir que el páncreas de aquellos que padecen esta enfermedad, vuelva a funcionar correctamente y produzca la insulina que necesitan para vivir. Esta tarea resulta complicada, ya que, todas las "estrategias" utilizadas hasta la fecha no han tenido gran éxito.
Sin embargo, una investigación liderada por el español Pedro L. Herrera desde la Universidad de Ginebra (Suiza), la cual ha sido publicada en la revista Nature, abre una vía que, en el futuro, podría contribuir para la resolución de este problema.
Este grupo de científicos han conseguido "reprogramar" células del páncreas humano distintas a las encargadas de producir insulina para la secreción de esta hormona probando, la funcionalidad de esta estrategia, en ratones que padecen también esta enfermedad, ratones diabéticos.
"De momento, lo que hemos conseguido es una prueba de concepto de que es posible conseguir cambios de identidad celular en islotes pancreáticos humanos", explica Herrera, que lleva estudiando la biología del páncreas mas de 20 años.
"El objetivo es poder diseñar una terapia regenerativa que sea capaz de conseguir que células distintas a las que producen normalmente la insulina se encarguen de esa tarea. Pero, si se consigue, esto será muy a largo plazo", advierte el investigador.
Normalmente, la únicas células capaces de "fabricar" insulina son aquellas en las que se encuentran en el interior de los llamados islotes pancreáticos, las células beta.
Sin embargo, una investigación liderada por el español Pedro L. Herrera desde la Universidad de Ginebra (Suiza), la cual ha sido publicada en la revista Nature, abre una vía que, en el futuro, podría contribuir para la resolución de este problema.
Este grupo de científicos han conseguido "reprogramar" células del páncreas humano distintas a las encargadas de producir insulina para la secreción de esta hormona probando, la funcionalidad de esta estrategia, en ratones que padecen también esta enfermedad, ratones diabéticos.
"De momento, lo que hemos conseguido es una prueba de concepto de que es posible conseguir cambios de identidad celular en islotes pancreáticos humanos", explica Herrera, que lleva estudiando la biología del páncreas mas de 20 años.
"El objetivo es poder diseñar una terapia regenerativa que sea capaz de conseguir que células distintas a las que producen normalmente la insulina se encarguen de esa tarea. Pero, si se consigue, esto será muy a largo plazo", advierte el investigador.
Normalmente, la únicas células capaces de "fabricar" insulina son aquellas en las que se encuentran en el interior de los llamados islotes pancreáticos, las células beta.
Los científicos quisieron entonces comprobar, por un lado, qué mecanismos son los empleados en este tipo de plasticidad y, por otro si esta capacidad de regeneración celular podía producirse también en el páncreas humano.
Utilizando un adenovirus como vector, consiguieron dar lugar en estas células a dos factores de transcripción típicos de las células beta, denominados como Pdx1 y MafA. Esta manipulación hizo que las células comenzaran a producir insulina. "No se convirtieron en células beta. Eran células alfa que habían activado un numero bastante pequeño propios de las células beta, algo mas de 200, y que tenían la capacidad de producir insulina en respuesta a un aumento en los niveles de glucosa", señala Herrera.
Para comprobar si estas células serian efectivas, las introdujeron en los modelos de ratones, utilizados para realizar este estudio, que carecían de células productoras de insulina. "Y el resultado fue que los ratones se curaron", subraya el investigador. Después de seis meses tras el transplante, las células seguían segregando insulina. Por otro lado, el equipo de Herrera quiso averiguar el comportamiento de las células regeneradas ante las defensas del organismo, dado que la diabetes de tipo 1 es un trastorno autoinmune en el que los linfocitos atacan y destruyen a las células productoras de insulina, las beta.
El experimento demostró que las células reconvertidas tenían un perfil menos inmunogénico, es decir, "es posible que no sean objetivo de las defensas de un organismo con trastorno autoinmune".
"Nuestro trabajo es una prueba conceptual de la plasticidad de las células pancreáticas humana", remarca Herrera. "Si comprendemos bien como se produce y somos capaces de estimularlo, podremos desarrollar una terapia innovadora de regeneración celular. Pero estamos hablando de un camino muy largo", concluye.
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