
Éstas son realmente células adultas, pero que han sido reprogramadas para que puedan parecerse a las células en desarrollo temprano, con el potencial de formar cualquier tipo de célula del organismo humano.
En este caso los investigadores usaron iPSCs para crear células progenitoras dopaminérgicas, es decir, en células que posteriormente se covertirían en productoras de dopamina, que es un neurotransmisor que interviene en el control de la motricidad.
El objetivo de estos investigadores sería demostrar que este transplante de células madre pluripotenciales puede llegar a reemplazar a las células productoras de dopamina perdidas y a su vez, reemplazar la producción de dicha dopamina hasta volver a niveles aceptables.

, en una intervención que duro más de tres horas. Ahora, el siguiente paso es controlar los posibles efectos secundarios del tratamiento. Si todo va bien, se producirá una segunda intervención, donde se inyectaran otros 2,4 millones de células madre pluripotenciales pero, esta vez, en el lado derecho del cerebro del paciente.
Por otro lado, cabe destacar que las células iPSCs utilizadas proceden de donantes sanos, por lo que no se trata tan solo de evitar efectos secundarios por la misma inyección, sino también por la necesidad de tomar tratamientos supresores de la inmunidad para que el paciente no rechace el trasplante celular.
Si este ensayo clínico es exitoso, los investigadores pretenden realizar el mismo procedimiento en siete pacientes más de entre 50 y 69 años, siguiéndolos durante dos años tras la primera intervención.
Fuentes: El Español, El comercio
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