La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. La insulina es una hormona que regula el azúcar en la sangre. El tratamiento de la diabetes consiste en una dieta saludable y actividad física, junto con la reducción de la glucemia y de otros factores de riesgo conocidos que dañan los vasos sanguíneos. Las células madre parecen ser una próxima solución.
El objetivo es que estas células se transformen en otras productoras de insulina. Pero ante la existencia de un problema importante: determinar exactamente la cantidad de insulina que deben de producir para no causar efectos adversos.
Un equipo de investigadores estadounidenses han publicado su último trabajo en el que afirman que hay una solución y esta se resume en que las células beta (productoras de insulina) obtenidas a partir de células madre eran capaces de ser más sensibles a los niveles de glucosa en sangre. Las trasplantaron a ratones diabéticos, con su sistema inmunitario suprimido para que no rechazaran las nuevas células, y se observó que eran capaces de producir niveles de insulina que controlaban eficazmente el azúcar en la sangre de estos seres vivos, así continuaron controlando el azúcar y curando funcionalmente su diabetes durante meses. Estas nuevas células actuaban de forma más rápida y eficaz. (Las nuevas células beta aparecen en rojo cuando segregan insulina en respuesta a la glucosa, como se puede observar en la siguiente imagen).
Según estos investigadores habría dos formas de probarlas en pacientes humanos: la primera se basaría en "encapsular las células en un gel, con poros muy pequeños para evitar que entren las células inmunitarias, pero lo suficientemente grandes como para permitir que salga la insulina"; la segunda forma consistiría en "utilizar herramientas de edición de genes para alterar los genes de las células beta de manera que les permita 'esconderse' del sistema inmunológico después de la implantación".
Fuentes: ABC, infosalus.com
El objetivo es que estas células se transformen en otras productoras de insulina. Pero ante la existencia de un problema importante: determinar exactamente la cantidad de insulina que deben de producir para no causar efectos adversos.
Un equipo de investigadores estadounidenses han publicado su último trabajo en el que afirman que hay una solución y esta se resume en que las células beta (productoras de insulina) obtenidas a partir de células madre eran capaces de ser más sensibles a los niveles de glucosa en sangre. Las trasplantaron a ratones diabéticos, con su sistema inmunitario suprimido para que no rechazaran las nuevas células, y se observó que eran capaces de producir niveles de insulina que controlaban eficazmente el azúcar en la sangre de estos seres vivos, así continuaron controlando el azúcar y curando funcionalmente su diabetes durante meses. Estas nuevas células actuaban de forma más rápida y eficaz. (Las nuevas células beta aparecen en rojo cuando segregan insulina en respuesta a la glucosa, como se puede observar en la siguiente imagen).
Según estos investigadores habría dos formas de probarlas en pacientes humanos: la primera se basaría en "encapsular las células en un gel, con poros muy pequeños para evitar que entren las células inmunitarias, pero lo suficientemente grandes como para permitir que salga la insulina"; la segunda forma consistiría en "utilizar herramientas de edición de genes para alterar los genes de las células beta de manera que les permita 'esconderse' del sistema inmunológico después de la implantación".
Fuentes: ABC, infosalus.com
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