ENCÉLADO Y SU AGUA, POSIBLES HOSPEDADORES DE VIDA

Si nos diesen a elegir entre vivir (o instalar una base) en una superficie sólida o hacerlo en la atmósfera de un planeta o satélite, la inmensa mayoría de nosotros nos sentiríamos más a gusto eligiendo la superficie sólida. Sin embargo, como demuestran los recientes hallazgos sobre Encélado, esta no siempre podría ser la mejor opción, ya que una base en una atmósfera que cumpla con los suficientes requisitos, es más viable que en un suelo sólido que no lo haga.

Encélado es el sexto satélite de Saturno, tiene unos 500 kilómetros de diámetro y conforma una inmensa bola de nieve cuya temperatura superficial, debido a su color blanco que refleja los rayos solares evitando la absorción de la luz solar, se encuentra alrededor de los -200º C. Sin embargo, en su interior su núcleo rocoso está envuelto por un gran océano de agua líquida, el cual recibe el calor de una fuente interna. En algunos puntos el calor recibido llega a ser tan intenso que en el sur del satélite se han creado géiseres, los cuales nutren a uno de los anillos de Saturno con sus chorros de vapor de agua y partículas de hielo.

Ahora, gracias a la intensa investigación que la NASA está llevando a cabo desde 1997 con la sonda Cassini, se han encontrado entre estas expulsiones condensados en los granos de hielo compuestos orgánicos que contienen oxígeno y nitrógeno procedentes del núcleo de Encélado, dos elementos claves para la vida en la Tierra.

En nuestro planeta los aminoácidos, componentes básicos de la vida, son producidos en reacciones químicas; en una importante parte de estas reacciones participan compuestos como el oxígeno y nitrógeno con papeles claves. Los investigadores tienen la hipótesis de que, gracias a la energía procedente de los respiraderos hidrotermales, estas nuevas moléculas orgánicas descubiertas podrían llegar a producir aminoácidos.

Así lo afirmaba Nozair Khawaja, dirigente del equipo de investigación de la Universidad Libre de Berlín: "Si las condiciones son correctas, estas moléculas que provienen del océano profundo de Encélado podrían estar en la misma vía de reacción que vemos aquí en la Tierra. Todavía no sabemos si los aminoácidos son necesarios para la vida más allá de la Tierra, pero encontrar las moléculas que forman aminoácidos es una pieza importante del rompecabezas".

A pesar de que la misión Cassini vio su fin en el año 2017, los datos que esta ha aportado se van a seguir extrayendo e investigando durante varias décadas más. En este proceso los científicos se están sirviendo de recursos como el Analizador de Polvo Cósmico de la nave espacial Cassini, abreviado CDA, que detectó los granos de hielo emitidos por Encélado en el anillo E de Saturno. Además, el espectrómetro de masas del CDA realizó las mediciones que el equipo de investigación utilizó para definir la composición del material orgánico en los granos de hielo.

Así se ha podido determinar que en Encélado encontramos una fuente de energía, agua, ciertos componentes claves de los aminoácidos y además, largas moléculas orgánicas que se cree se encuentran flotando en el inmenso océano, descubrimiento realizado un año atrás a partir de los datos captados por la misma sonda. Todo esto nos dirige a plantearnos la posible existencia, o futura existencia, de una nueva forma de vida desconocida hasta ahora, ya que Encélado es uno de los únicos cuerpos conocidos en el Sistema Solar a parte de la Tierra que cumple los requisitos para albergar vida. ¿Deberíamos pues, instalar una base en Encélado?

Fuentes: El País, La NASA

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