EL CÁNCER DE PULMÓN PUEDE DEJAR DE SER MORTAL


Más de un millón y medio de personas mueren por cáncer de pulmón cada año en el mundo, es importante señalar que la mayor mortalidad del cáncer de pulmón se debe fundamentalmente a que en la mayoría de los casos se detecta cuando está ya muy avanzado, ya que no suele presentar síntomas.

El fumar cigarrillos causa la mayoría de los cánceres de pulmón. A mayor cantidad de cigarrillos diarios que fume y cuanto más joven se comienza a fumar, mayor será el riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón. La exposición a altos niveles de contaminación, radiación y asbesto también puede aumentar el riesgo, y como en la mayoría de los casos la enfermedad ya está muy avanzada, los tratamientos actuales no bastan para poder eliminarla.


Priscila Kosaka Monteiro, investigadora química del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y galardonada este lunes por la Fundación Fero, ha desarrollado una nueva teoría sobre el cáncer. 

Su teoría se basa en realizar análisis de sangre, y con unos dispositivos minúsculos altamente sensibles que detectan la presencia del tumor desde el primer momento. 

El sensor es capaz de descubrir los biomarcadores que circulan por la sangre en las diferentes etapas de la enfermedad. El sistema mezcla dos tecnologías, una de sensibilidad y la otra de especificidad. Además, el análisis de sangre es un método no invasivo y que no perjudica al paciente. Los médicos podrán, por lo tanto, seguir el desarrollo del tumor con precisión y suministrarle un tratamiento más eficiente y más personalizado. “Por primera vez, vamos a tener información general, un mapa completo del tumor gracias a las huellas que habrá dejado en la sangre. Quiero que el cáncer de pulmón se transforme en una enfermedad crónica”, detalla la científica brasileña.

Estos tumores están compuestos por millones de células que producen, cada una de ellas y cada hora, centenares de copias de la proteína cancerígena, según explica Priscila Kosaka. Hoy, estas copias solo se pueden detectar mediante inmunoensayos, y 10 años después de la génesis de la enfermedad. La tecnología propuesta pretende, por lo tanto, detectarlas lo más pronto posible, es decir, cuando las células nocivas no llegan ni siquiera a medir un milímetro y todavía no se han multiplicado una y otra vez. “Es imprescindible bloquear el desarrollo de una enfermedad tan importante como esta”, opina la científica.

Fuentes: El PaísMedlinePlus





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