Juan Carlos Izpisúa, es el hombre que ha estado
al mando del revolucionario experimento basado en crear un embrión artificial. este experimento lo ha realizado en el Instituto Salk. Juan Carlos nació en 1960, es experto en biología del desarrollo y está doctorado en Bioquímica y Farmacia, y trabaja desde hace varios años en EE UU. Ha contribuido, entre otros méritos, al desarrollo de una herramienta de edición genética diseñada para la curación de enfermedades raras.
al mando del revolucionario experimento basado en crear un embrión artificial. este experimento lo ha realizado en el Instituto Salk. Juan Carlos nació en 1960, es experto en biología del desarrollo y está doctorado en Bioquímica y Farmacia, y trabaja desde hace varios años en EE UU. Ha contribuido, entre otros méritos, al desarrollo de una herramienta de edición genética diseñada para la curación de enfermedades raras.
En el Instituto Salk de Estudios Biológicos ha logrado crear un embrión sintético utilizando una sola célula, que ha sido extraída de la oreja de un ratón adulto que está vivo. Al no utilizar espermatozoides ni óvulos, se abre un mundo de
posibilidades en la ciencia. Este embrión ha sido bautizado por su creadores como "blastoide".
posibilidades en la ciencia. Este embrión ha sido bautizado por su creadores como "blastoide".
Con esta contribución, se pretenden lograr grandes descubrimientos y poder estudiar con detalle el inicio de vida del embrión. La formación de las 100 primeras células que hacen posible el blastocisto comprende un pilar esencial para los investigadores.
Estos estudios nos ayudarán a comprender mejor los comienzos de la vida, cómo tan temprano en la vida una sola célula puede dar lugar a millones de células y cómo se mezclan en el espacio y el tiempo para dar lugar a un organismo completamente desarrollado.
En ello ven la clave para identificar el por qué de circunstancias como los abortos, la manera en que se formarán los órganos de cada cuerpo, para prevenir graves problemas de salud y enfermedades como el Alzhéimer, e incluso, llegar a la creación de órganos para los transplantes en humanos.
La estructura de su tejido sufre problemas en su organización, lo cual imposibilita que puedan tener un correcto funcionamiento, pero con una mayor optimización, esta tecnología podría conducir a la generación de blastoides completamente funcionales capaces de desarrollarse hasta las etapas en que se forman diferentes órganos primordiales y, por lo tanto, ser las semillas de organoides que podrían usarse como fuentes invaluables para el trasplante de órganos.
Fuente: 20 Minutos
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