Investigadores de Japón han descubierto que el ayuno, algo que no parece nada saludable, podría dejar de ser así. Takayuki Teruya, Romanas Chaleckis, Junko Takada, Mitsuhiro Yanagida y Hiroshi Kondoh, de la Universidad de Okinawa y de la Universidad de Kyoto, sometieron a un ayuno voluntario de entre 34 y 58 horas a varios sujetos. Tanto antes como después, midieron los niveles de diferentes metabolitos, sustancias que aparecen mediante las reacciones químicas de nuestro organismo, observando que aumentaban los niveles de los 14 metabolitos que ya se conocían y otros 30 que todavía no se habían descrito.
Uno de los autores del estudio, el doctor Takayuki Teruya, explica que "hemos estado investigando el envejecimiento y el metabolismo durante muchos años, y ahora hemos decidido ahondar en los efectos del ayuno en la salud del ser humano". Los resultados han sido bastante sorprendentes tanto como para la comunidad científica como para ellos mismos, los investigadores.
El aumento de los metabolitos se debe a una respuesta del cuerpo para evitar la falta de energía y de nutrientes, es decir, el organismo intenta protegerse y para ello libera compuestos antioxidantes para conseguir dicho objetivo. El doctor Teruya explica la repercusión de este descubrimiento: "Son metabolitos fundamentales para el mantenimiento del músculo y la actividad antioxidante. Los resultados sugieren un posible efecto rejuvenecedor del ayuno, lo que no se sabía hasta ahora".
El organismo utiliza los hidratos de carbono como energía de forma habitual, pero cuando no tiene, tira de nuestras reservas de grasa, e incluso de otros tejidos, para poder mantener su funcionamiento. Estas sustancias son metabolitos, principalmente butiratos, carnitinas y aminoácidos. En el estudio, descubrieron que los niveles de estas sustancias aumentaban considerablemente durante el ayuno.
Sin embargo, no fue el único gran descubrimiento, ya que siguieron investigando y descubrieron que los niveles de sustancias producidas por el ciclo de Krebs; proceso mediante el cual cada célula es capaz de convertir moléculas que contienen carbono, hidrógeno y oxígeno en ATP y CO2, aumentan considerablemente durante el ayuno, lo que sugiere que las mitocondrias (orgánulos encargados de la respiración celular) trabajan muy por encima del nivel normal.
El problema que tiene es que es un proceso extraordinariamente reactivo y tiene capacidad de alterar el código genético en el interior del núcleo de nuestras células, y no para bien, siempre para mal. Una de las situaciones más 'oxidantes' a las que puede estar sometido nuestro cuerpo es la inanición. Es por esto por lo que los investigadores creen que el cuerpo intenta compensar durante el ayuno produciendo una cantidad muy elevada de moléculas antioxidantes.
Fuente: El Confidencial
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