La aparición en la escena clínica del coronavirus de Wuhan ha disparado una crisis mundial que recuerda a la generada por los episodios de las vacas locas producidos por priones o a los brotes de fiebre hemorrágica causados por el virus Ébola. Parece que, de modo intermitente, aparecen nuevas infecciones que ocupan los medios informativos. Los coronavirus son virus cuyo genoma no contiene ADN como material genético sino ARN formado por una sola cadena que tiene polaridad de mensajero. Esto implica que sus genes pueden ser traducidos directamente a proteínas sin necesidad de transcripción. No entran en el núcleo celular, se multiplican en el citoplasma y los nuevos virus producidos se ensamblan en el aparato de Golgi, desde donde son secretados al exterior de la membrana. Cuando se observan por microscopía electrónica presentan unas proyecciones glicoproteicas superficiales que les dan el aspecto de llevar una corona, de donde deriva su nombre.
Los coronavirus causan infecciones respiratorias en humanos y en animales, incluyendo algunos de los resfriados comunes. Pero ocasionalmente varias cepas de estos virus desarrollan neumonías en el tracto respiratorio que pueden resultar mortales. A finales del año 2003, otro coronavirus, el virus del SARS originó la enfermedad epidémica del Síndrome Respiratorio Agudo Grave con una mortalidad relevante. Esta epidemia se originó también en China, llegando a afectar a 32 países, aunque afortunadamente, no ha habido más casos de SARS desde 2004 debido a los esfuerzos internacionales para controlar la enfermedad.Como el virus del SARS y otras enfermedades emergentes, los coronavirus son originalmente zoonosis virales, es decir, proceden de animales. Pero desarrollan enfermedades explosivas en humanos cuando cruzan las barreras de especie del hospedador. La cadena de infecciones en el hombre se puede originar a través del consumo de alimentos de animales exóticos que son comunes en regiones asiáticas. Esta infección inicial se amplifica luego por diversos medios incluyendo el contacto directo. Por otra parte, como ocurre con otras ARN polimerasas, la replicasa que copia la molécula de ARN genómico durante el ciclo de multiplicación presenta una escasa fidelidad de copia y se pueden producir mutaciones que favorecen la nueva interacción con receptores de células humanas. La expansión de los viajes internacionales son una oportunidad para la rápida propagación de estas esporádicas enfermedades emergentes. Es de esperar que las lecciones aprendidas de casos previos garanticen el control de nuevas epidemias.
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