EL INTESTINO, ¿NUESTRO SEGUNDO CEREBRO?

El intestino, tracto digestivo que se encarga de la digestión química, la absorción y la acumulación de heces, es un tubo que se divide en diversas partes, cada una de las cuales tiene un propósito especial.

Sin embargo, su importancia va mucho más allá de esta funcionalidad principal, ya que actúa de manera independiente, siendo tal su relación con las neuronas y el tubo digestivo, así como las emociones, que muchos científicos, médicos e investigadores se refieren el intestino como "el segundo cerebro".

Además, el tubo digestivo contiene una red neuronal muy compleja con una función muy parecida a la actividad cerebral. Debido a ello, los médicos están investigando su posible uso para el tratamiento de enfermedades mentales o del sistema inmunológico.
La especialista australiana, doctora Megan Rossi, ha encontrado datos curiosos y sorprendentes sobre nuestro "segundo cerebro".

La característica principal es la de tener un sistema nervioso autónomo porque, a diferencia de cualquier otro órgano de nuestro cuerpo, el intestino puede funcionar solo. Tiene su propia autonomía para tomar decisiones, no necesita que el cerebro le diga qué hacer.

Y esto es posible porque lo que gobierna al intestino es el Sistema Nervioso Entérico (SNE), encargado de controlar directamente el aparato digestivo. Este sistema nervioso se extiende por el tejido que reviste el estomago y el sistema digestivo y tiene sus propios circuitos neuronales; aunque funciona independientemente del Sistema Nervioso Central (SNC), se comunica con él a partir de los sistemas simpático y parasimpático.

Otro dato principal es que el 70% de las células de nuestro sistema inmune vive en el intestino, lo que hace que la salud de éste sea clave para nuestra inmunidad ante las enfermedades.

La doctora Rossi afirma, según sus investigaciones más recientes, que si una persona tiene problemas intestinales, es más probable que sea inmune a enfermedades comunes como la gripe, ya que el intestino esta ligado a los niveles de estrés y al estado de ánimo. Por eso, si tienes problemas intestinales, algo que deberías observar es el nivel de estrés que tienes. Así que desestresarse es clave.

Viene al momento recordar que la mayor parte de la serotonina del cuerpo, que se estima en torno al 80% o 90%, se encuentra en el tracto gastrointestinal.

La serotonina es un neurotransmisor que afecta a muchas funciones corporales, como el peristaltismo intestinal. Su concentración puede verse reducida por el estrés, influyendo en el estado de ánimo, la ansiedad y la felicidad. Por eso también esta asociada a muchos trastornos psiquiátricos.

Por otro lado, diversos estudios tanto en humanos como con animales han evidenciado la existencia de diferencias del microbioma intestinal en pacientes con trastornos mentales, como la depresión, con relación a personas sin ellos.

Debido a esto, un área incipiente de investigación psiquiátrica se centra en la prescripción de "psicobióticos", para mejorar la salud mental.

Fuente: BBC 





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