LA VÍCTIMA DESCONOCIDA DEL CÁNCER: EL CORAZÓN

El tratamiento oncológico aumenta por tres el riesgo de complicaciones cardiovaculares, a la vez que figura el motivo más común de muerte entre las mujeres que sobreviven a un cáncer de mama o a un linfoma, según informa la FEC.

"Hasta un 50% de quienes superviven a un cáncer tienen consecuencias clínicas, siendo una de ellas los trastornos cardiovasculares. A pesar de ello, un correcto control puede disminuir los riesgos", alerta la Fundación Española del Corazón (FEC).

Los médicos aconsejan diagnosticar y tratar prematuramente a estos pacientes, e involucrarles en un estilo de vida cardiosaludable.

Y aunque una vida cardiosaludable puede reducir los síntomas secundarios sobre el corazón, producidos por los tratamientos oncológicos, el Dr. Arturo Evangelista, cardiólogo y uno de los orientadores de la Unidad de Cardio-Oncología del centro médico Teknon de Barcelona, sostiene que, pese a que todos los pacientes que han recibido un tratamiento oncologícos pueden padecer trastornos cardiovaculares, los que más peligro corren son los que presentan otras causas de riesgo cardiovascular (obesidad, tabaquismo, la diabetes, ...).

La manifestación de cardiotoxicidad a lo largo de la administración del tratamiento oncológico puede suponer, en unos casos, la obligación de modificarlo o hasta detenerlo, con el riesgo que esto supone en cuento a la efectividad del mismo. Por otro lado, algunos efectos secundarios cardíacos no aparecen durante la administración del tratamiento, pudiéndolo hacer años después de haberlo terminado según advierte el National Cancer Institute.

La radioterapia torácica puede producir daño a nivel del miocardio, pericardio, arterias coronarias, y del tejido valvular, lo que lleva a miocardiopatías, insuficiencias valvulares, enfermedad coronaria precoz, o insuficiencia cardíaca, según el Dr. Javier Limares, cardiólogo de la Unidad de Cardio- Oncología del centro médico Teknon de Barcelona.

En cuanto a la quimioterapia, la administración de antraciclinas, uno de los medicamentos más usados en el tratamiento de tumores como el de mama, puede ocasionar daño directo sobre las células del miocardio, originando disfunción ventricular.

Fuente: La Vanguardia 

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