¿ES POSIBLE UNA VIDA SIN MACHOS?

Cuando charlamos acerca de la reproducción, siempre se nos viene a la mente el pensamiento de un padre y una madre. Esto se debe a que, biológicamente hablando, necesitamos material reproductivo de ambos para dar lugar a descendientes. 

Sin embargo, dicha afirmación no es del todo cierta. Algunos insectos han sido capaces de sobrevivir sin el requisito de varones. 

Hasta la actualidad, se conocen animales como las abejas, con una reproducción asexual capaz de dar lugar a los zánganos a partir de huevos sin fecundar. Pero, recientemente se ha revelado que las hembras de una especie de termitas también consiguen reproducirse por sí solas. 

Las termitas son despreciadas y odiadas por todo el mundo por no ser más que una simple plaga que desmorona viviendas y por ser menos populares que las abejas, hormigas e incluso arañas. Pero, la verdad es otra, han estado llevando a cabo actividades increíbles desde la etapa de los dinosaurios, pues han mantenido sociedades complejas con reparto de trabajo y han cultivado incluso hongos, entre otras cosas actividades. 

Ahora, a esta lista hay que añadir un nuevo hecho. Según un estudio publicado recientemente, los investigadores de la universidad de Sidney y la universidad de Kyoto, han descubierto una sociedad de termitas exclusivamente de hembras. 

Fueron capaces de recolectar alrededor de 4.200 ejemplares de diferentes zonas costeras del sur de Japón, y para su sorpresa, no encontraron ni un solo macho. Dichos animales son conocidos como Gyptotermes Nakajimai y tienen la capacidad de seguir reproduciéndose aunque desaparezcan los machos. 

Los expertos aseguran que la perdida total de machos es extraordinaria en el reino animal, sobretodo si se trata de sociedades avanzadas. Los linajes exclusivamente de hembras se han identificado anteriormente en alguna que otra especie de hormigas y abejas mielíferas, pero sus colonias están dirigidas por reinas y cuyos machos no muestran comportamientos de colaboración. 

En contraste, las termitas se reconocen por dar lugar a colonias donde tanto los machos como las hembras colaboran y participan en las actividades. Por lo tanto, y expresado en otras palabras de manera resumida, la investigación de Toshihisa Yashiro ha sido la primera en demostrar que los machos pueden suprimirse de sociedades avanzadas a pesar de que alguna vez anteriormente desempeñaron un rol activo e importante. 

El descubrimiento se llevó a cabo de la siguiente manera: se recogieron 74 colonias de las termitas mencionadas anteriormente de 15 lugares de Japón, se observó que las reinas de las colonias, que eran asexuales, ponían huevos pero no acumulaban en sus órganos reproductivos las células haploides de los machos, es decir, los espermatozoides, por lo tanto, ponían huevos no fertilizados, o lo que es lo mismo, huevos sin fecundar, viéndose implicada la meiosis. 

Todas las hembras se adaptaron a la ausencia del material biológico necesario para la reproducción. Los análisis llevados a cabo, indicaron que estas termitas asexuales evolucionaron de ancestros que provenían de otros Gyptotermes Nakajimai alrededor de 14 millones de años atrás.

Añaden también, que estas termitas poseen un cromosoma adicional en comparación con aquellas que son sexuales, lo que demuestra que se están separando en varias especies distintas. 

Por último, también se percataron que las colonias sexuales y las asexuales se diferenciaban entre sí por la configuración de sus cabezas. Las asexuales presentaban una cabeza más uniforme en sus ejemplares soldados que en el resto, mostrando así, una mayor eficiencia y validez a la hora de proteger sus nidos ante cualquier enemigo y todo esto gracias a su morfología. Por esta razón, estas colonias a su vez, no precisaban de tantos soldados.

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