UN PASO MÁS HACIA LA MEDICINA PARA LAS PACIENTES CON CÁNCER DE ENDOMETRIO

Todos hemos escuchado la palabra cáncer alguna vez, una definición de él sería la siguiente: el nombre que se da a un conjunto de enfermedades relacionadas. En todos los tipos de cáncer, algunas de las células del cuerpo empiezan a dividirse sin detenerse y se diseminan a los tejidos del derredor.

El cáncer puede empezar casi en cualquier lugar del cuerpo humano, el cual está formado de trillones de células. A medida que las células se hacen más y más anormales, las células viejas o dañadas sobreviven cuando deberían morir, y células nuevas se forman cuando no son necesarias. Estas células adicionales pueden dividirse sin interrupción y pueden formar masas que se llaman tumores. Existen varios tipos de cáncer según su gravedad y las regiones a las que invade, por ejemplo: canceres que forman tumores sólidos, como la leucemia; o los tumores benignos que son aquellos que no se extienden a los tejidos cercanos y no los invaden.

Pues bien, el cáncer de endometrio es el más frecuente de los tumores del aparato reproductor femenino (en España hay de 10 a 12 casos por 100.000 pacientes por año y en el norte de Europa estas tasas llegan a duplicarse); docenas de eventos moleculares están implicados en este tipo de cáncer y ahora, por primera vez, se tiene una visión más aproximada de lo que realmente ocurre. Lo explica un estudio en «Cell», trabajo que ofrece información valiosa para identificar mejor qué pacientes necesitarán un tratamiento agresivo y cuáles no, y ofrece pistas sobre por qué un tratamiento no es efectivo con algunos pacientes.

“Se podría decir que el trabajo es más bien como un vídeo, que poco a poco, documenta los pasos que se desarrollan a lo largo de los años en el cuerpo de los pacientes con este tipo de cáncer” dice Karin Rodland, una de las autoras correspondientes del artículo y bióloga del cáncer del Departamento de Energía de EE. UU.

La investigación se basa en el trabajo de The Cancer Gene Atlas (TCGA), que identificó algunos de los fundamentos genéticos de la enfermedad.

El equipo estudió 95 tumores uterinos y 49 muestras normales de tejido uterino. Los científicos evaluaron la presencia y las modificaciones de una variedad de actores moleculares, incluidos genes, ARN mensajeros, ARN circulares, micro ARN y proteínas. Las mediciones (que los científicos llaman modificaciones postraduccionales) son fundamentales para determinar el momento y lugar exacto donde las proteínas están activas o inactivas. En total, el equipo tomó más de 12 millones de mediciones.

Los científicos desarrollaron una nueva forma de identificar tumores que, aunque actualmente no se clasifican como agresivos, resultan ser tan invasivos como los tumores que crecen rápidamente y tienen más probabilidades que otros cánceres de ser mortales.

La agresividad de un tumor de endometrio se determina al observar las células bajo un microscopio. El equipo demostró que los niveles de actividad de ciertas proteínas diferencian los tumores más agresivos de los menos.

Asimismo, el equipo desarrolló una nueva forma de determinar qué pacientes tienen más probabilidades de beneficiarse de un tratamiento conocido como inmunoterapia, donde se usan medicamentos para evitar los frenos que usan algunas células cancerosas para evadir el sistema inmunitario.

En el cáncer de endometrio se emplea una medida denominada ‘carga de mutación tumoral’ para determinar qué pacientes tienen más probabilidades de beneficiarse de esta terapia. Ahora, con estos datos, los investigadores han propuesto una nueva medida basada en la maquinaria de presentación de antígeno de un paciente, conocida como APM. El APM describe cómo de bien el cuerpo marca las células cancerosas y las presenta al sistema inmune para su destrucción, una función clave para que los inhibidores de los puntos de control sean efectivos.

El equipo desarrolló una nueva forma de determinar qué pacientes tienen más probabilidades de beneficiarse de un tratamiento conocido como inmunoterapia de punto de control
Los expertos creen que tener una mejor comprensión quién se beneficiaría de los medicamentos permitiría a los médicos evitar su uso en pacientes que probablemente no lo harían, evitando a esos pacientes efectos secundarios graves e innecesarios.

Bing Zhang, (del Colegio de Medicina Baylor (EE.UU.), autor del estudio) concluye en que este estudio es un paso más hacia la medicina personalizada para las pacientes con cáncer de endometrio.

Fuente: ABC

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