A lo largo la historia, la psicosis ha sido descrita en múltiples ámbitos del arte, desde cine a pintura.
Pero, ahora, se ha tomado una investigación científica por parte del Centro Internacional de Investigación de Neurointeligencia y las Escuelas de Graduados de Medicina e Informática de Tokio y Kioto para averiguar a que se debe esta enfermedad que ha dado juego a tantas películas.
Este equipo plantea que esta enfermedad implica una señalización neuronal deficiente en el estriado ventral el cual se compone por el núcleo accumbens y el bulbo olfatorio. Esta defectuosa señalización ocurre durante el aprendizaje discriminativo, este aprendizaje es muy común, nos permite diferenciar entre distintas situaciones y actuar en consecuencia.
En este ensayo científico, se estudió la forma en la que los ratones predicen recompensas, este comportamiento es denominado aprendizaje de recompensas y castigos, que, al igual que los ratones, humanos y otros primates compartimos. El aprendizaje de recompensa conlleva la liberación de dopamina, Este equipo buscó específicamente la segunda señal de esta proteína que ocurre cuando se omite la recompensa.
Los investigadores vincularon la psicosis en los ratones a la omisión de recompensas químicas en sus cerebros, ya que esta omisión desencadena una caída en los niveles de dopamina que parecen afectar al proceso de aprendizaje discriminativo.
Para establecer vínculo con la psicosis, los autores administraron una conocida droga inductora de psicosis, la metanfetamina, y demostraron que tanto el aprendizaje de la discriminación como las inmersiones de dopamina se deterioraban con la droga. Como resultado, los ratones mostraron respuestas de comportamiento exageradas incluso, cuando no se presentó ninguna recompensa, como se da en el caso de la psicosis humana.
Para conseguir estas respuestas se utilizaron tecnologías optogenéticas (la optogenética es una forma de activar proteínas sensibles a la luz artificial con luz láser controladas para activar o desactivar la actividad neuronal) sofisticadas para aumentar o disminuir artificialmente las inmersiones y midieron sus efectos sobre cómo los ratones estimaron las recompensas.
Fuente: National Geographic
Pero, ahora, se ha tomado una investigación científica por parte del Centro Internacional de Investigación de Neurointeligencia y las Escuelas de Graduados de Medicina e Informática de Tokio y Kioto para averiguar a que se debe esta enfermedad que ha dado juego a tantas películas.
Este equipo plantea que esta enfermedad implica una señalización neuronal deficiente en el estriado ventral el cual se compone por el núcleo accumbens y el bulbo olfatorio. Esta defectuosa señalización ocurre durante el aprendizaje discriminativo, este aprendizaje es muy común, nos permite diferenciar entre distintas situaciones y actuar en consecuencia.
En este ensayo científico, se estudió la forma en la que los ratones predicen recompensas, este comportamiento es denominado aprendizaje de recompensas y castigos, que, al igual que los ratones, humanos y otros primates compartimos. El aprendizaje de recompensa conlleva la liberación de dopamina, Este equipo buscó específicamente la segunda señal de esta proteína que ocurre cuando se omite la recompensa.
Los investigadores vincularon la psicosis en los ratones a la omisión de recompensas químicas en sus cerebros, ya que esta omisión desencadena una caída en los niveles de dopamina que parecen afectar al proceso de aprendizaje discriminativo.
Para establecer vínculo con la psicosis, los autores administraron una conocida droga inductora de psicosis, la metanfetamina, y demostraron que tanto el aprendizaje de la discriminación como las inmersiones de dopamina se deterioraban con la droga. Como resultado, los ratones mostraron respuestas de comportamiento exageradas incluso, cuando no se presentó ninguna recompensa, como se da en el caso de la psicosis humana.
Para conseguir estas respuestas se utilizaron tecnologías optogenéticas (la optogenética es una forma de activar proteínas sensibles a la luz artificial con luz láser controladas para activar o desactivar la actividad neuronal) sofisticadas para aumentar o disminuir artificialmente las inmersiones y midieron sus efectos sobre cómo los ratones estimaron las recompensas.
Fuente: National Geographic
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