Un equipo científico ha descubierto un mecanismo que genera células de dos núcleos. Este mecanismo se ha identificado en la regeneración del corazón del pez cebra, y podría estar relacionado con el extraordinario poder regenerativo de este animal.

Las células cardíacas de los humanos no pueden crecer y dividirse para sustituir a las dañadas por tanto no podemos regenerar nuestro corazón.

Mientras que en algunos animales como el pez cebra, pueden regenerarlo incluso después de la amputación del 20 % de su ventrículo ,por ello estos científicos han abierto las posibilidades de aplicarlo en terapia para humanos.
Los científicos se han centrado en el epicardio que es el origen de varios tipos celulares del corazón, que indican al resto de células qué tienen que hacer en cada momento. Es un tipo de la regeneración.

Tras un infarto agudo de miocardio el corazón humano pierde millones de Cardiomiocito, logran recuperarse tras un daño cardiaco con nuevos cardiomiocitos, durante ese proceso las células que componen el músculo cardiaco de estos peces se dividen para renovar el tejido lesionado.

Los científicos indican que hay un alto grado de plasticidad en los cardiomiocitos del pez cebra y que, además, existen distintas formas de reconstruir un corazón dañado.

Se desconocía hasta ahora si todos los cardiomiocitos de este animal(pez cebra) tienen la misma capacidad regenerativa y si pueden contribuir a reconstruir por igual distintas zonas del músculo cardiaco.

Después de una herida , las células del epicardo empiezan a dividirse para recubrir la herida. Los investigadores han observado que durante este proceso las células duplican el material genético y lo separan en dos núcleos, pero no se llegan a dividir en dos células independientes, en vez de tener un núcleo, como es habitual, tienen dos, y cada uno de ellos contiene una copia del ADN de la célula.

Los expertos han descubierto que el mecanismo por el cual las células se duplican es de origen biomecánico. Una vez el ADN ya se ha separado en dos núcleos, se forma un anillo contráctil en su ecuador, que divide la células madre en dos células hijas.

En las células del corazón del pez cebra, el estudio muestra que el anillo contáctil se une a las fibras de su entorno de manera que no se puede contraer. El resultado es que las dos células hijas no pueden llegar a separarse a pesar de haber duplicado su ADN.

FUENTES:ABC

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