En la actualidad, el agua potable presenta infinidad de contaminantes, complejas mezclas de químicos como biocidas, pesticidas, medicinas, etc. Estos son los denominados contaminantes emergentes, también llamados CEC que, aunque actualmente no son entendidos como un peligro para la salud, se desconocen sus efectos a largo plazo.
Un grupo de científicos europeos, organizados mediante el
JPI del Agua, han alertado mediante un informe del peligro que puede conllevar
el consumo de estos contaminantes, además de reivindicar la necesidad de modificar
la legislación para regular de manera más efectiva dichos compuestos químicos.
Aproximadamente 4000 nuevos compuestos son catalogados en el Chemical Abstracts
Service cada día, un número que a lo largo de los años ha ido aumentando de
manera exponencial hasta el que es ahora, debido principalmente al crecimiento
demográfico en Europa.
¿Qué es una Joint Programming Initiative?
Las llamadas Iniciativas de Programación Conjuntas (JPI por sus siglas en inglés) son una serie de retos y planes desarrollados en el marco de la unión europea para investigar y resolver los problemas sociales más importantes actualmente, como son el cambio climático, el abastecimiento de los ciudadanos y su salud. En resumen, su principal objetivo es aunar la capacidad de investigación científica de los distintos países que componen la UE para así acometer los problemas colectivos de manera más eficiente.
Uno de los principales puntos del informe se centra en las
plantas de tratamiento de aguas residuales, que no presentan la infraestructura
necesaria para eliminar la mayoría de CECs, además de ser a su vez necesaria una
investigación más profunda en este campo, al existir evidencias de que
múltiples procesos, como la adsorción mediante carbón activado, la ozonización
o tecnologías de oxidación avanzada, pueden ayudar en la eliminación de estos
residuos.
Por otra parte, también se aborda la necesidad de diseñar
nuevas herramientas que permitan la detección de compuestos presentes en
el agua que de otra forma serían desconocidos, al existir la posibilidad de que microcontaminantes, actuales o
futuros, no puedan ser detectados con la tecnología vigente.
Por último, cabe destacar que, al ser este un grupo de trabajo europeo, en él han colaborado los investigadores Damiá Barceló, director del Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA), Javier Marugán, profesor e investigador de la Universidad Rey Juan Carlos, e Ignasi Rodriguez-Roda, investigador del ICRA y profesor de la Universidad de Girona.
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