Para ello, un grupo de investigadores de la Universidad de Granada, pertenecientes al laboratorio de Nanotecnología, Grafeno y Materiales Bidimensionales, han iniciado un proyecto muy interesante. Han participado y colaborado junto a ellos, el grupo de Bioquímica y Parasitología Molecular del profesor Antonio Osuna, y el de Bioconjugación que dirige Francisco Santoyo.
Están trabajando en el desarrollo y perfeccionamiento de un nuevo dispositivo portátil de grafeno que permitiría detectar el coronavirus.
En primer lugar, el grafeno es una sustancia compuesta por carbono puro, con átomos organizados en un patrón regular hexagonal, parecido al grafito. Por lo tanto, podríamos decir que el elemento del carbono también podría ser muy útil en este momento tan crítico. El grafeno es un material atómicamente fino que en los últimos años ha llamado mucho la atención de distintos sectores industriales debido a que puede destinarse a aplicaciones muy diversas. Entre estas, destaca su posible utilización en el desarrollo y mejora de biosensores.
Se esfuerzan en lograr un dispositivo "portátil", autónomo, de fácil manejo y con una alta sensibilidad, cuyo objetivo es el diagnóstico precoz y seguimiento de la enfermedad, basado en una matriz de biosensores de grafeno que detecta y cuantifica los anticuerpos desarrollados por el paciente.
La ventaja que posee el chip diagnóstico, es que, al ser muy sensible, detecta la presencia del virus en concentraciones muy bajas y por lo tanto, en etapas muy tempranas de la enfermedad, incluso antes de que el paciente desarrolle ningún tipo de síntomas.
En primer lugar, el grafeno es una sustancia compuesta por carbono puro, con átomos organizados en un patrón regular hexagonal, parecido al grafito. Por lo tanto, podríamos decir que el elemento del carbono también podría ser muy útil en este momento tan crítico. El grafeno es un material atómicamente fino que en los últimos años ha llamado mucho la atención de distintos sectores industriales debido a que puede destinarse a aplicaciones muy diversas. Entre estas, destaca su posible utilización en el desarrollo y mejora de biosensores.
Básicamente, han creado y diseñando un instrumento que al ponerlo en contacto con la muestra del paciente (esta puede ser de sangre que lleve la información o restos del virus, plasma o saliva), transforma su respuesta eléctrica en un periodo breve de tiempo (una simple medida de corriente/tensión), indicando la información procesada y el resultado en el mismo sitio donde se toma la muestra.
El equipo de Osuna, que ya tiene cierta práctica y experiencia previa de trabajo con otros virus altamente patógenos, será el que se ocupe y asuma el cargo de sintetizar las moléculas biológicas reconocibles por el sistema inmune de los pacientes y que se fijarán en la superficie de los sensores de grafeno, siguiendo una serie de rutas de bioconjugación diseñadas por el grupo de Santoyo.
La ventaja que posee el chip diagnóstico, es que, al ser muy sensible, detecta la presencia del virus en concentraciones muy bajas y por lo tanto, en etapas muy tempranas de la enfermedad, incluso antes de que el paciente desarrolle ningún tipo de síntomas.
Como consecuencia, no solo serviría para detectar la presencia del virus, sino también para conocer la etapa en la que se encontraría la enfermedad.
Fuentes: 20 minutos, Hospitecnia
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