ENCUENTRAN UNA DEBILIDAD AL "BICHO" MÁS RESISTENTE DEL PLANETA

Los tardígrados, también conocidos como osos de agua, son una especie de invertebrados microscópicos, pese a ser de un tamaño tan pequeño, cuentan con una habilidad de supervivencia envidiable y que es totalmente efectiva: retraen sus ocho patas además de la cabeza y se dejan disecar

De esta forman son capaces de sobrevivir a todo tipo de condiciones extremas, así como el frío o incluso son capaces de aguantar la exposición directa a la radiación y el vacío espacial. 

Se ha demostrado que pueden vivir durante 30 años sin beber ni comer ningún tipo de alimento. Pero un nuevo estudio apunta que el calentamiento global también podría ser fatal para esta resistente especie.

En una investigación publicada en la revista Scientific Reports, los científicos del departamento de Biología de la Universidad de Copenhague han analizado la tolerancia a las altas temperaturas de la especie tardígrada, Ramazzottius varieornatus, un tipo que se encuentra con frecuencia en hábitats transitorios de agua dulce.

Cuando se secan, retraen la cabeza y sus ocho patas, se arrugan formando una pequeña bola y entran en un profundo estado de animación suspendida que se parece mucho a la muerte. Expulsan casi toda el agua de su cuerpo y su metabolismo se ralentiza al 0,01% de la tasa normal. No sólo eso: cuando están activos son capaces de resistir temperaturas de hasta 150 grados por encima y por debajo de cero. Pero es aquí donde surge la pregunta: ¿si son tan resistentes, cuánto tendría que aumentar la temperatura del agua para causarles problemas? De acuerdo a los científicos, no se trata de la temperatura, sino del tiempo de exposición a ella.

Sorprendentemente, los investigadores estimaron que para los tardígrados activos no aclimatados, la temperatura letal media es de 37,1 ° C, aunque un período de aclimatación corto conduce a un aumento pequeño pero significativo de la temperatura letal media a 37,6 ° C. Curiosamente, esta temperatura no está lejos de la temperatura máxima medida de Dinamarca, que alcanza ya los 36,4 °C.

En cuanto a las muestras desecadas, los autores observaron que la temperatura de mortalidad estimada del 50% es de 82,7 ° C después de exposiciones de 1 hora, aunque se registró una disminución significativa a 63,1 ° C después de exposiciones de 24 horas.

Identificaron lo que podría ser una amenaza para estos seres aparentemente indestructibles y ya una investigación de 2018, había advertido de que la especie de los tardígrados que vive en Antártica, el Acutuncus antarcticus, podría extinguirse debido al aumento de las temperaturas de los océanos.

De acuerdo a Cardozo Neves, el aumento de la temperatura en el planeta podría ser casi letal para la especie. Por lo que la conclusión de dicho estudio es que, los tardígrados activos son vulnerables a las altas temperaturas que se mantienen constantes, pero con una aclimatación previa, es posible que estas criaturas puedan acomodarse al aumento de las temperaturas en su hábitat natural.

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