Recientemente, se ha descubierto que en la Luna se haya hematita, lo cual tiene desconcertados a los científicos. Este desconcierto se debe a que se necesita agua y oxígeno para que pueda existir este mineral pero, por lo que nosotros sabemos, no existe ninguno de estos dos componentes en nuestro satélite.
La Luna no tiene apenas aire y el agua que existe aquí se presenta en estado sólido. Debido a esto, no se explican cómo es posible la oxidación de este mineral.
La Luna está constantemente bombardeada por corrientes de hidrógeno que provienen del viento solar. Este es un agente reductor que dona sus electrones a los materiales con los que interactúa. Dicho proceso impediría que se pudiese realizar la creación de la hematita aunque estuviesen todos los componentes necesarios para la oxidación presentes. Además, los científicos han afirmado que este es un entorno terrible para que se forme la hematita pero, tras revisar el estudio, confirmaron la presencia del óxido en la Luna.
La hematita fue descubierta gracias a los datos recogidos por la sonda lunar india Chandrayaan-1, el cual utiliza imágenes hiperespectrales para llevar a cabo un análisis espectroscópico granular, dando como resultado un desglose detallado de la composición mineral de la superficie de la Luna.
Al examinar los datos que se habían recopilado, se hallaron algunas características y patrones distintos a los que se pueden observar en las latitudes más bajas o en las muestras del Apolo. A Shuai Li, un científico de la Universidad de Hawaii, le causó curiosidad saber si cabía la posibilidad de que hubiera reacciones de agua-roca en la Luna y, tras meses de investigación, se dio cuenta de que lo que estaba observando era hematita.
Esta hematita se localizó lejos del hielo, por lo que Li propone que las partículas de polvo que se
mueven rápidamente y que impactan contra la Luna podrían liberar las moléculas de agua que están siendo transportadas por la superficie, mezclándolas así con hierro en el suelo lunar. El calor de estos impactos podría aumentar la tasa de oxidación; las propias partículas de polvo también pueden llevar moléculas de agua, implantándolas en la superficie para que se mezclen con el hierro. En los momentos adecuados, es decir, cuando la Luna está protegida del viento solar y hay oxígeno presente, podría producirse una reacción química que induzca la oxidación.
mueven rápidamente y que impactan contra la Luna podrían liberar las moléculas de agua que están siendo transportadas por la superficie, mezclándolas así con hierro en el suelo lunar. El calor de estos impactos podría aumentar la tasa de oxidación; las propias partículas de polvo también pueden llevar moléculas de agua, implantándolas en la superficie para que se mezclen con el hierro. En los momentos adecuados, es decir, cuando la Luna está protegida del viento solar y hay oxígeno presente, podría producirse una reacción química que induzca la oxidación.
La hematita ha sido encontrada en la cara de la Luna que mira hacia la Tierra. La Nasa nos ha explicado que nuestro planeta está envuelto en una burbuja de magnetismo. La teoría que se tiene en mente es que el oxígeno va a viajar por la cola magnética de la Tierra hasta llegar a la Luna, en donde se juntará con las moléculas de agua y dando lugar al óxido. Durante los días en los que se establece la conexión entre los dos componentes que se han nombrado anteriormente, la cola magnética va a bloquear el viento solar, creando así la oportunidad perfecta de que la reacción se produzca.
Fuentes: 20 Minutos, El Confidencial
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