Un estudio clínico publicado por la empresa andaluza Desarrollo de Alimentos Fermentados S.L. y el Hospital Quirón Salud Infanta Luisa de Sevilla descubre que la toma diaria de 10 mililitros de un simbiótico desarrollado a través de una cepa bacteriana de lactobacilus DMG0017 reduce la intolerancia a la lactosa en el 70 por ciento de los pacientes. El simbiótico, que se denomina Probimel, es una superbacteria capaz de soportar la acidez del estómago y llegar viva al intestino, reforzando de esta manera el sistema inmunológico.
La proporción de este disacárido varía en los distintos tipos de alimentos y también según el tipo de animal que la produce. La enzima responsable del desdoblamiento de la lactosa en glucosa y galactosa es una enzima específica llamada lactasa que se encuentra en la superficie, en el cepillo de las células epiteliales intestinales, especialmente en el intestino delgado alto.
En la actualidad, los tratamientos existentes están basados bien en la supresión de la dieta de productos lácteos y otros derivados, en la ingesta previa de preparados que se compran en farmacias o en el consumo preferente de alimentos etiquetados como sin lactosa.
En el primer caso se está limitando nuestra calidad de vida. En el segundo, debemos tener en cuenta que, además de tratarse de medicamentos de efectos temporales limitados y que no pueden usarse permanentemente. Por último, si bien existen algunos alimentos sin lactosa son escasos y de mayor precio, ya que la mayoría lo que realmente hacen es añadir lactosa.
El ensayo se realizó con pacientes intolerantes de entre 18 y 80 años durante seis semanas y provocó una disminución de dolor abdominal o dispepsia, disminución de los episodios de diarreas, de náuseas y de flatulencias; y una disminución de la hinchazón de abdomen. En España, unos 13 millones de personas sufren de intolerancia a la lactosa y los tratamientos existentes son costosos y, además, no están cubiertos por la Seguridad Social.
El estudio, llevado a cabo bajo la dirección médica del doctor Manuel Barrientos con el objetivo de ver la eficacia clínica de Probimel antes de su lanzamiento al mercado, ha demostrado que a medida que se aumenta el tiempo de ingesta de este simbiótico los síntomas mejoran notablemente e incluso algunos de los pacientes notan efectos beneficiosos a las dos semanas, otros tardan meses.
Según los investigadores, los lactobacilos vivos de este medicamento contribuyen a mejorar la digestión de la lactosa. Una de sus propiedades es que presentan actividad enzimática lactasa, es decir permiten sintetizar esta enzima gracias a su capacidad adaptativa.
Una de las propiedades más importantes de la cepa de lactobacillus DMG0017 es que son colonizadores; es decir, generan su actividad enzimática alojándose preferentemente en la parte alta intestinal, mejorando sensiblemente el correcto funcionamiento del intestino, desdoblando la lactosa y permitiendo su correcta absorción de forma permanente.
Los investigadores han destacado que esto supone "un gran avance para los que padecen esta disfunción, ya que, a diferencia de otros tratamientos basados en la ingesta previa de enzimas antes del consumo de alimentos que contienen lactosa, el medicamento produce de forma natural una colonia propia que se integra en la microbiota y logra que una dosis diaria sea suficiente para poder tolerar lactosa durante todo el día, por lo que resulta muy cómodo y eficiente".
Además, al ser colonizador tras la ingesta de este simbiótico durante un periodo de varios meses, es posible ingerir lactosa asimilándola el organismo sin ninguna alteración fisiológica, aún cuando no se haya ingerido la dosis habitual en ese día.
"Sin duda alguna estamos ante un importante avance en el tratamiento de una de las intolerancias alimenticias más frecuentes de una manera natural, económica y permanente a la vez que fortalecemos nuestro sistema inmunológico", concluye el estudio.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Te rogamos que seas preciso y educado en tus comentarios.