CENIZAS VOLCÁNICAS PODRÍAN ACABAR CON EL CALENTAMIENTO GLOBAL

Científicos de la Universidad de Southampton (Reino Unido) ofrecen una posible respuesta a la pregunta que abarca el gran problema de cómo elimina el dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero de nuestra atmósfera. Los expertos afirman que las cenizas volcánicas podrían ayudar a acabar con la contaminación.

Un equipo de la Escuela de Ciencias Oceánicas y de la Tierra de la universidad ha conformado el impacto de la propagación de la ceniza volcánica desde un barco a una zona del fondo oceánico con el fin de aumentar los procesos naturales del CO2 en el lecho marino.

Se percataron de que esta técnica presenta multitud de ventajas relacionadas con el precio, la sencillez tecnológica que la caracteriza y lo poco invasiva que resulta comparada con otras estrategias. Estos hallazgos son publicados en la revista científica Anthropocene.

Es una realidad el gran problema que supone el cambio climático causado por el hombre. El impacto debido a las nocivas emisiones de gases de efecto invernadero y los cambios ambientales que conllevan es un tema que preocupa con urgencia a las ciencias y a la política del momento.

El coautor de este estudio y profesor de Geoquímica de la universidad, Martin Palmer, ha reconocido lo necesaria que resulta la eliminación activa de estos gases de efecto invernadero con el fin de evitar eventos climáticos extremos. Esta eliminación se lleva a cabo con técnicas de GGR que eliminan dióxido de carbono y otros gases nocivos de nuestra atmósfera, consiguiendo así minimizar el efecto invernadero.

Actualmente, existen diversos enfoques potenciales para estas técnicas, más simples como la reforestación o más complejos como la eliminación activa del C02 atmosférico. Otra es la que proporcionan de manera natural los volcanes, ya que en su mayoría estos se encuentran próximos a los océanos y en el lecho marino se depositan toneladas de ceniza volcánica.

En los sedimentos marinos se almacena el CO2 en forma de carbonato de calcio y carbono orgánico. Los estudios realizados por los investigadores demuestran cómo este almacenamiento natural puede verse incrementado gracias a la presencia artificial de cenizas en los océanos. Los resultados demuestran cómo se podrían almacenar hasta 2.300 toneladas de CO2 por cada 50.000 toneladas de ceniza.

Por tanto, además de ser más barato que la mayoría de los otros métodos GGR, el enfoque consiste en aumentar un proceso natural que no implica una tecnología costosa ni explotación agrícola.

Y aunque los investigadores aún tienen que probar que este proceso no desemboque en efectos secundarios nocivos, se cree que se podrá aplicar de manera fácil en muchas áreas del mundo.

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