DERIVADO DEL AZÚCAR ESTIMULA LA REPARACIÓN DE MIELINA

La mielina es una sustancia lipídica que envuelve y protege los axones de las neuronas (células nerviosas). Esta se ve atacada por la esclerosis múltiple, una enfermedad autoinmune que ataca y daña este recubrimiento, produciendo problemas de comunicación entre el cerebro y los nervios. Un nuevo estudio ha desvelado que el consumo por vía oral de N-acetil-glucosamina estimula la reparación de la mielina, lo que podría ayudar enormemente a los pacientes de enfermedades desmielinizantes.

Este reciente descubrimiento ha sido ha sido llevado a cabo por Michael Demetriou y su equipo de la Universidad de California Irvine, junto con investigadores alemanes y canadienses. Comprobaron que la N-acetil-glucosamina promueve la reparación de la vaina de mielina en ratones, que se correlaciona con los niveles de mielina de pacientes con esclerosis múltiple.

La N-acetil-glucosamina es un derivado de la glucosamina, derivado a su vez de la glucosa, que se encuentra en la leche materna y en muchos territorios se vende como un suplemento de la dieta sin necesidad de receta médica.

Pese a la abundancia de precursores de oligodendrocitos, las células encargadas de producir mielina, la reparación de esta sustancia no ocurre en el sistema nervioso central en pacientes con esclerosis múltiple. El mecanismo molecular que impide la completa maduración de los oligodendrocitos no ha sido aún identificado. No obstante, los investigadores afirman que la modificación de proteínas de la membrana celular mediante adición de azúcar (como la N-acetil-glucosamina) ayudaría a la diferenciación de la oligodendroglía.

El equipo de investigadores descubrió que este azúcar estimulaba a las células madre productoras de mielina en ensayos con roedores. Así, trataron células madre de estos animales y observaron como dicho tratamiento indujo a la ramificación y modificación de la proteína responsable, al pasar tan solo dos días. Por ello postularon que la formación de este proceso de manera natural, estaba muy relacionado con la cantidad de este glúcido en el organismo.

Aunque diversas hipótesis están ya encima de la mesa, será necesario ensayos clínicos con humanos para comprobar dichas teorías.

Fuentes: Noticias de la Ciencia, Investigación y Ciencia 

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