LAS HORMONAS DEL HAMBRE

A la grelina se le denomina la hormona del hambre, pero aparte de regular las ganas de comer, regula procesos fisiológicos fundamentales e influye en la secreción de insulina y en la memoria. Pero su punto fuerte es la homeostasis nutricional.

El hambre es un mecanismo de defensa, cuando el cuerpo necesita alimentarse, envía una señal al cerebro y aparece el apetito como alerta de supervivencia, función en la que es fundamental la grelina. 

La grelina es una hormona gástrica, es una proteína compuesta por 28 aminoácidos, producida por el sistema endocrino. Está implicada en la regulación del estrés, la impulsividad, el dolor y algunos procesos cognitivos. También contribuye a la secreción de otras hormonas, disminuye la presión arterial y aumenta la función cardíaca.

Esta hormona aumenta su concentración con el transcurso del tiempo desde la última comida y a través de la estimulación cerebral provoca la necesidad de comer. Además actúa sobre los glúcidos y los lípidos reduciendo la secreción de insulina a nivel del páncreas y aumentando los lípidos.

Aparte de la grelina, hay otra hormona del hambre, la leptina (segregada por las células adiposas), envía una señal al hipotálamo cerebral, lo que hace que se regule la ingesta de alimentos y el gasto energético. Esta es la forma natural del cuerpo para mantener el peso.

La leptina contrarresta la señal del neuropéptido cannabinoide que produce que comamos por placer, estimulando el hambre, lo que evita que comamos porque nos apetece. 

Esta hormona al llegar al hipotálamo se activan unas neuronas que activan las hormonas estimulantes de los alfa melanocitos, una hormona anorexígena, lo que reduce la sensación del hambre. Cuando adelgazamos disminuye el nivel de grasa del organismo y en consecuencia los niveles de leptina.

Fuentes: Ok Diario, Hola

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