ARN PARA LA VACUNA DEL COVID-19

Las principales farmacéuticas que están investigando la vacuna contra el covid-19 han puesto el foco de la investigación en el ARN mensajero.

Hasta ahora las vacunas se basaban en meter un patógeno atentado o una parte de este en el organismo para que reaccione y desarrolle defensas. En cambio en las vacunas hechas con ARN mensajero proporcionan las instrucciones necesarias para que nuestro cuerpo produzca el antígeno. En el caso de este virus es la proteína S la que tiene la capacidad para que se desencadene la reacción en nuestro sistema inmune.

Los expertos aseguran que su eficacia es igual de segura que la de las normales pero puede llegar a mostrarse más versátil, ya que puede obtener y diseñar una vacuna más específica para el fin que se persigue. Además su producción es más rápida y barata, el único problema que presentan es que tienen una rápida degradación y necesitan estar guardadas a temperaturas extremas (80º bajo cero), se conservan encapsuladas en nanopartículas lipídicas (LNP).

El ARN mensajero de un antígeno específico puede ser construido en el laboratorio e inyectado posteriormente de varias formas para que entre en las células de nuestro cuerpo, quienes cogerán el ARN mensajero del antígeno como instrucción para sintetizar la proteína correcta para provocar la reacción inmune.

La ventaja de las vacunas hechas con ARN mensajero no necesita entrar en el núcleo para expresar el antígeno.

Con estas vacuna no se corre ningún riesgo de que se altere el ADN natural de la célula y permite diseñar y obtener un ARN mensajero para cada vacuna.

Este tipo de vacunas son una alternativa pero debemos tener en cuenta que las nuevas metodologías son complejas y llevan tiempo.

Fuentes: Cope, Nius.

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