Los científicos han descubierto cómo un virus común del intestino humano infecta y se apodera de las células bacterianas, un hallazgo que podría usarse para controlar la composición del microbioma intestinal, muy importante para la salud humana, según se ha publicado revista 'Nature'. La investigación podría ayudar en el diseño de bacterias beneficiosas que producen medicamentos, combustibles y limpian contaminantes.
Comprender cómo estos pequeños virus infectan a las bacterias podría permitir a los científicos controlar y manipular la composición del microbioma, ya sea aumentando la proporción de bacterias beneficiosas en nuestros intestinos o disminuyendo la cantidad de bacterias dañinas, promoviendo así la salud y combatiendo enfermedades.
Los científicos descubrieron que los crAssfagos usan su propia enzima (una ARN polimerasa) para hacer copias de ARN de sus genes. El ARN tiene la información genética para producir proteínas. Todas las células, desde las bacterianas hasta las humanas, utilizan estas enzimas para hacer copias de ARN de sus genes. Y estas enzimas son muy similares en toda la materia viva, lo que implica que son antiguas y están relacionadas por un ancestro común, señala Severinov.
Al dilucidar la estructura atómica de una enzima crAssphage, se sorprendieron al saber que es distinta de otras polimerasas de ARN, pero que se parece mucho a una enzima en humanos y otros organismos superiores que está involucrada en la interferencia del ARN. Tal interferencia silencia la función de algunos genes y puede conducir a ciertas enfermedades.
Este estudio sugiere que las enzimas de interferencia del ARN, un proceso que se pensaba que ocurría solo en células de organismos superiores, fueron 'tomadas' de un virus bacteriano ancestral temprano en la evolución. El resultado permite esclarecer cómo evolucionaron las células de organismos superiores al mezclar y combinar componentes de células más simples e incluso de sus virus.
Además de los conocimientos evolutivos profundos, las enzimas de fagos (virales) como la ARN polimerasa de crAssfagos pueden usarse en biología sintética para generar circuitos genéticos que no existen en la naturaleza.
En estos momentos los científicos están tratando de hacer coincidir los miles de virus crAssfagos diferentes de nuestro intestino con los huéspedes bacterianos que infectan. Al usar sólo el virus bacteriano 'correcto', podrán deshacerse de las bacterias que infecta, lo que les permitirá alterar la composición del microbioma intestinal de forma específica.
Los crAssfagos son los virus más abundantes que infectan a las bacterias en el intestino humano, probablemente controlen nuestra comunidad intestinal de microbios (el microbioma), así como explicó el coautor Konstantin Severinov, investigador del Instituto Waksman de Microbiología y profesor de biología molecular y bioquímica en la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad Rutgers-New Brunswick, en Estados Unidos.
Comprender cómo estos pequeños virus infectan a las bacterias podría permitir a los científicos controlar y manipular la composición del microbioma, ya sea aumentando la proporción de bacterias beneficiosas en nuestros intestinos o disminuyendo la cantidad de bacterias dañinas, promoviendo así la salud y combatiendo enfermedades.
Los científicos descubrieron que los crAssfagos usan su propia enzima (una ARN polimerasa) para hacer copias de ARN de sus genes. El ARN tiene la información genética para producir proteínas. Todas las células, desde las bacterianas hasta las humanas, utilizan estas enzimas para hacer copias de ARN de sus genes. Y estas enzimas son muy similares en toda la materia viva, lo que implica que son antiguas y están relacionadas por un ancestro común, señala Severinov.
Al dilucidar la estructura atómica de una enzima crAssphage, se sorprendieron al saber que es distinta de otras polimerasas de ARN, pero que se parece mucho a una enzima en humanos y otros organismos superiores que está involucrada en la interferencia del ARN. Tal interferencia silencia la función de algunos genes y puede conducir a ciertas enfermedades.
Este estudio sugiere que las enzimas de interferencia del ARN, un proceso que se pensaba que ocurría solo en células de organismos superiores, fueron 'tomadas' de un virus bacteriano ancestral temprano en la evolución. El resultado permite esclarecer cómo evolucionaron las células de organismos superiores al mezclar y combinar componentes de células más simples e incluso de sus virus.
Además de los conocimientos evolutivos profundos, las enzimas de fagos (virales) como la ARN polimerasa de crAssfagos pueden usarse en biología sintética para generar circuitos genéticos que no existen en la naturaleza.
En estos momentos los científicos están tratando de hacer coincidir los miles de virus crAssfagos diferentes de nuestro intestino con los huéspedes bacterianos que infectan. Al usar sólo el virus bacteriano 'correcto', podrán deshacerse de las bacterias que infecta, lo que les permitirá alterar la composición del microbioma intestinal de forma específica.
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