El transporte de oxígeno en la sangre, la síntesis de proteínas, la catálisis de las reacciones químicas, son procesos en los que intervienen, en mayor o menor medida, las proteínas; moléculas cruciales para los seres vivos, al ser las más abundantes, variadas y con mayor número de funciones.
Sin embargo, aunque actualmente conozcamos la estructura de las proteínas, resulta difícil descubrir cuáles fueron las primeras estructuras proteicas que ayudaron a conformar la vida tal y como la conocemos, ya que surgió en un ambiente bastante más "hostil" que el actual: la superficie de la Tierra poseía una temperatura media mucho mayor, debido a la miríada de asteroides que impactaban contra ella, y la tectónica de placas tan solo había comenzado a desarrollarse.
En este marco, los investigadores de la Universidad Rutgers en Nueva Jersey (EEUU) han publicado, en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), el descubrimiento de dos estructuras proteicas que podrían haber formado parte de los primeros organismos vivos.
La primera de ellas es la ferredoxina, una proteína que se encarga de formar enlaces entre hierro y azufre, dos elementos muy abundantes en la Tierra primitiva. Además, el carácter metálico del hierro lo convierte en un elemento idóneo para la transferencia de electrones en los procesos metabólicos primigenios. La segunda estructura descubierta es el plegamiento de Rossmann, que presenta nucleótidos, componentes esenciales de los ácidos nucleicos.
A este resultado se le une la posibilidad de que, según las pruebas del estudio, incluso estas proteínas puedan poseer un antepasado común. En caso de confirmarse esto último, se podría estar descubriendo la primera enzima metabólica de la vida, de la misma forma que LUCA es el último antepasado común de todos los organismos terrestres.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Te rogamos que seas preciso y educado en tus comentarios.