EL HERMANO PERDIDO DE LA LUNA

Se ha encontrado un nuevo asteroide detrás de Marte cuya composición es muy similar al del satélite de la Tierra y el cual puede ser un resto en la formación de la Luna o  pertenecer a nuestro planeta vecino.

Se le conoce como troyanos a aquellos asteroides que siguen a los planetas en todos sus movimientos orbitales.

Dichos asteroides son de gran interés para la comunidad científica ya que nos permite conocer mejor como se formaron y evolucionaron los planetas de nuestro sistema solar. Los troyanos pueden ser encontrados en grandes cantidades cerca de Júpiter mientras que en Marte solo han sido encontrados unos pocos.

Científicos de varios países del mundo dirigidos por el Observatorio y Planetario de Armagh(AOP) establecido en Irlanda del Norte han llevado a cabo varias investigaciones en las cuales se han estudiado los troyanos de Marte para poder comprender mejor la formación de nuestro sistema solar al igual que para intentar buscar troyanos de la Tierra.

Esta investigación argumenta que, aunque parezca mentira, es mucho más fácil encontrar troyanos de Marte que de la Tierra ya que esos satélites se colocan cerca del sol lo que dificulta su visión a través de un telescopio. En 2010 se pensó haber descubierto gracias al telescopio espacial WISE de la NASA, un troyano que recibió el nombre de 2010 TK7, pero posteriormente se descubrió que era un asteroide procedente del cinturón de asteroides que se encuentra entre Marte y Júpiter.

Para saber más a fondo de que materiales se encuentran hechos los troyanos se utilizó el X-SHOOTER, que se trata de un espectrógrafo montado en el Observatorio Europeo Astral de 8 m del Very Large Telescope (VLT) que se encuentra en Chile. El X-SHOOTER se encarga de observar el espectro de reflectancia del asteroide, el cual proporción información sobre su composición gracias a un proceso conocido como taxonomía con el que el equipo determina si esta compuesto de materiales rocosos o si es una pieza de carbono.

El asteroide (101429) 1998 VF31 fue uno de los troyanos que fue investigado para comprobar su composición y ver que esta era similar a las condritas ordinarias (una clase de meteoritos muy comunes). Gracias al VLT y a los datos recopilados anteriormente, descubrieron que el
 espectro no coincidía con ningún tipo de asteroide conocido y siguieron la investigación para ver de qué tipo de superficie se trataba.

Como resultado, hallaron que la más cercana coincidencia espectral se encontraba en nuestra luna y no en ningún tipo de asteroide. La doctora Galin Borisov del AOP (quien estuvo muy involucrada en este análisis), expone que las diferencias entre los asteroides y la Luna no son muy grandes a simple vista, pero cuando los espectros de dichos cuerpos son examinados a conciencia se pueden ver grandes diferencias en la profundidad y forma de las absorciones espectrales, en cambio, el espectro de este asteroide parece ser una réplica casi exacta de la luna donde hay lecho de roca expuesto.

Hay varias hipótesis para explicar cómo se formó este asteroide, la primera argumenta que simplemente es una casualidad, los eones a lo largo de la historia han ido dándole forma a través de la radiación solar (proceso que se conoce como meteorización espacial). La segunda expone que se parece a nuestro satélite porque proviene de él. Según el doctor Apostolos Christou (también astrónomo de AOP), el sistema solar de hoy en día es muy diferente al de hace eones y cabe a posibilidad que, a lo largo de este tiempo, la Luna haya sido constantemente bombardeada por meteoritos se haya desprendido del satélite y haya sido atrapado en forma de troyano por la órbita de Marte.

Una tercera hipótesis planteada por Christou nos cuenta que los más probable es que dicho asteroide venga del propio planeta rojo. Al igual que la Tierra y la Luna, Marte ha sido contantemente golpeada por asteroides y otros cuerpos, uno de os cuales podría haber sido tan grande que podría haber hecho que mandase despedido este trozo de materia.

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