ENZIMAS ARTIFICIALES EN CÉLULAS VIVAS

''Cuando hacemos un compuesto anticáncer, por ejemplo, estamos desafiando a la propia naturaleza'', dice José Luis Mascareñas, director científico del centro singular de investigación en Química Biolóxica Materiais Moleculares de la universidad de Santiago (CiQUS). En este centro de excelencia de la universidad Gallega están acostumbrados a trabajar en la frontera del conocimiento. ''Esto significa investigar sobre asuntos que pueden proporcionar resultados rompedores y que se pueden publicar en las mejores revistas del mundo'', añade.

Mascareñas y un grupo de jóvenes investigadores integrado por Soraya learte, Alejandro Gutiérrez y el post doc Cristian Vidal acaban de cruzar ese límite de los desconocido al crear en el laboratorio de enzimas artificiales vivas. El cuerpo humano funciona como una máquina que se alimenta de reacciones químicas que inician las enzimas, que actúan como catalizadores naturales. ''Si no existiesen este tipo de reacciones químicas no sería posible, por ejemplo, metabolizar la glucosa y el organismo no podría obtener energía'', explica.

Los científicos del CiQUS han podido reproducir este proceso natural generando sus propias reacciones químicas. '' El primer objetivo era de tipo fundamental. Nos interesaba saber hasta dónde podemos llegar en el mundo celular. Además, y esto entra del terreno de la ciencia aplicada, si tú tienes un catalizador dentro de la célula podrías llegar a utilizarlo para producir fármacos. Si una persona se toma un profármaco inactivo con una pastilla, cuando llega a la célula donde se encuentra nuestro catalizador se convierte en activo. De esta manera, situando enzimas artificiales en el interior de las células vivas se pueden diseñar reacciones con una función específica. Esto se traduce en muchas posibilidades en el campo de la medicina'', sostiene.

Para realizar operaciones que la naturaleza no si quiere puede generar, los científicos has desarrollado catalizadores que se basan en metales, algo que ya venía haciendo durante años en el CiQUS. ''El salto que hemos dado ahora ha sido que por primera vez hemos conseguido unir los metales a una proteína. Con este avance se ha demostrado que el metal y la proteína juntos pueden funcionar dentro de la célula'', reconoce. Produciendo metaloenzimas artificiales (Las metaloenzimas son enzimas que contienen un ion metálico fuertemente unido. Este ion metálico forma enlaces covalentes coordinados con los aminoácidos de la enzima. Además, actúan como una coenzima e imparte la actividad de la enzima) se puede llegar también a generar correcciones en la célula. ''Algunas no funcionan bien porque tienen, por ejemplo, errores metabólicos. En este sentido las posibilidades abarcan la medicina, pero también la biología y la biomedicina ya que podríamos diseñar fármacos de manera selectiva'', indica Mascareñas.

Lo que han conseguido es un hito científico, ya que nadie hasta ahora había sido capaz de poner a funcionar proteínas con metales dentro de células de mamíferos.

Fuentes: Tecnopole, El Correo Gallego.

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