TRATAMIENTO PARA LA ENFERMEDAD DE HUNTINGTON

La enfermedad de Huntington se trata de un desorden cerebral progresivo y debilitante que causa movimientos incontrolados, problemas psicológicos y pérdida del conocimiento. Está causado por una mutación en el gen que codifica la proteína huntingtina, causando que construya una cola raramente larga del aminoácido glutamina. Esta cola impide que la huntingtina se doble correctamente y como resultado se agrega dentro de las neuronas y de forma eventual las mata.

Esta enfermedad afecta a cientos de miles de personas alrededor del mundo, y como enfermedad "autosómica dominante", una persona solo necesita una copia del gen mutante de la huntingtina para desarrollar la enfermedad. Los científicos, están investigando como hacer frente a la enfermedad definitivamente. La estrategia más popular es reducir los niveles de huntingtina, inhibir su agregación o una combinación de ambas. La forma de hacerlo es o bien inhabilitar de alguna forma el gen de la huntingtina o bien activar los mecanismos celulares que favorecen la degradación de la propia proteína.

Científicos del Instituto de Cerebro y Mente de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) han identificado una enzima que puede desempeñar un papel central en el desarrollo de una nueva ruta de tratamiento para esta enfermedad. Estos científicos han identificado una nueva enzima que hace ambas cosas. La enzima, llamada 'TBK1', desempeña un papel central en la regulación de la degradación y la eliminación de la proteína huntingtina e introduce modificaciones químicas que bloquean su agregación.

La enzima 'TBK1' es una cinasa, en la célula, las cinasas son enzimas que añaden grupos de fosfato a varias biomoléculas como las proteínas o el ADN. Los grupos de fosfato son portadores de energía, por lo que añadir uno esencialmente acelera la molécula receptora. Estudios anteriores han demostrado que la adición artificial de grupos de fosfato a la huntingtina puede impedir que se agregue y cause la enfermedad de Huntington.

Hilal Lashuel (autor del estudio) explica que para explorar el potencial terapéutico de la fosforilación, él y su equipo necesitaban identificar las quinasas naturales que hacen el trabajo dentro de la célula. Después de examinar cientos de quinasas, les entusiasmó identificar 'TBK1', porque hacía el trabajo con alta especificidad y eficiencia.

Los investigadores descubrieron que, cuando la 'TBK1' añade un grupo fosfato en cualquier lugar de los primeros 17 aminoácidos de la huntingtina, inhibe su capacidad de agregación. Este fue el caso tanto de la versión normal como de la versión mutada de la huntingtina. Además, el aumento de los niveles de 'TBK1' en las células conduce a la sobrefosforilación de un aminoácido específico en la cadena de la huntingtina. Esto estabiliza la proteína y evita que se agregue. Por último, se descubrió que 'TBK1' también indicaba a la célula que degradara y limpiara la huntingtina antes de que se agregara. Esto reduce los niveles generales de huntingtina, lo que produce la reducción de la formación de agregados dentro de la célula.

Comentarios