EL SISTEMA SOLAR TIENE FECHA DE CADUCIDAD

En 1999, los científicos se atrevieron a poner fecha de caducidad al 
Sistema Solar: dentro de un trillón de años. Sin embargo, una reciente investigación de la Universidad de California ha desvelado un cálculo mucho menos benévolo: según los nuevos datos, el fin del Sistema Solar podría llegar en 100.000 millones de años. La Tierra y los otros planetas cercanos al Sol, como Mercurio y Venus, tienen aún menos tiempo, apenas 5.000 millones de años. Esto se debe a que, según dice el estudio, en los anteriores cálculos no se había incluido los denominados N-cuerpos

Antes de extinguirse, el Sol se convertirá en lo que se denomina una estrella gigante roja, que absorberá a estos planetas. Se irá hinchando para después expulsar casi la mitad de su masa al espacio y convertirse en una "enana blanca". Esta explosión alterará la órbita de los planetas restantes y no será el único factor que desencadene el fin del Sistema Solar. Según este estudio, una vez cada 23 millones de años, otras estrellas se acercan lo suficiente como para perturbar las órbitas de todos los planetas. Estos N-cuerpos acabarán desplazando los planetas más lejanos como Urano y Neptuno a otras galaxias.

"Comprender la estabilidad dinámica a largo plazo del sistema solar constituye una de las búsquedas más antiguas de la astrofísica, que se remonta al mismo Newton, quien especuló que las interacciones mutuas entre planetas eventualmente conducirían al sistema inestable", declaran ante Science Alert un grupo de astrónomos de la Universidad de California y de la Universidad de Michigan.

Nuestro Sistema Solar tiene aproximadamente 13.800 millones de años. Para saber su evolución, los científicos han llevado a cabo 10 simulaciones en el poderoso Hoffman2 Cluster. En sus estudios, se incluía la fase de pérdida de masa del Sol y la fase posterior. En todas las simulaciones se llegaba al mismo escenario al final: cuando nuestra estrella sea una "enana blanca," los planetas exteriores tendrán cada vez una órbita más grande, pero aún estarán estables. No obstante, las distintas perturbaciones de otros elementos les harán "escapar" hacia galaxias cercanas.

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