El trabajo que van a desarrollar es parte de un proyecto del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH) que cuenta con la colaboración de la Universidad de Navarra, la Universidad de Harvard, el Broad Institute de Estados Unidos, y el resto del equipo del trabajo en desarrollo y el cual recibe el nombre de PREDIMED.
Este estudio nos cuenta cómo, ante la presencia de factores de riesgo cardiometabólicos, surgen a la vez la fibrilación auricular y la insuficiencia cardiaca, sin embargo, para comprender mejor cada una de estas dos patologías, será necesario examinar la relación entre las dos alteraciones además de nuevos factores de riesgo.
Los investigadores podrán identificar a aquellos individuos que están en riesgo de desarrollar estas dos patologías mediante la identificación de biomarcadores, que se utilizan como indicadores de un estado biológico y que reflejen procesos fisiopatológicos relacionados con las patologías y finalmente con esto se podrían establecer medidas preventivas tempranas.
El TMAO, una de las principales moléculas implicadas en el metabolismo de la colina, es considerado un metabolito interesante para la comunidad científica, ya que se ha relacionado con enfermedades cardiovasculares así como con otras patologías.
Sin embargo, hasta ahora no se tenía noticia de si el TMAO o sus precursores podían estar involucrados en vías metabólicas alteradas, las cuales contribuyen al riesgo de fibrilación auricular y de insuficiencia cardiaca.
Por ello se comenzó a investigar, y al estudiar 509 casos de FA y 326 de IC durante años, los investigadores evaluaron las asociaciones entre las concentraciones en el plasma de TMAO y sus precursores, con el riesgo de desarrollo de estas dos alteraciones cardiacas, así nos encontramos con unos resultados de 509 casos de fibrilación auricular y 618 controles y 326 casos de insuficiencia cardiaca y 426 controles, después de varios años de seguimiento.Finalmente, se obtuvo que había riesgo tanto de fibrilación auricular como de insuficiencia cardiaca al identificar asociaciones positivas entre los niveles de colina, betaína y dimetilglicina, aunque no en el caso del TMAO y L-carnitina. La vía metabólica de la colina se convierte entonces en el centro de atención de futuras investigaciones.
Es decir, de los metabolitos de la ruta metabólica de la colina, unos se detectaron como significativos y otros no, por lo que tal como lo cuenta Jordi Salas Salvadó, jefe del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición y coordinador del estudio, si estos hallazgos son corroborados en futuros estudios realizados en el marco de otras poblaciones, se podrá posiblemente predecir mejor estas enfermedades y establecer futuras estrategias terapéuticas.
Fuentes: Infosalus, La Vanguardia
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