LOS VIAJES ESPACIALES DAÑAN LAS CÉLULAS

Una investigación biológica con astronautas y ratones que han sido llevados al espacio ha demostrado que las células se dañan al viajar por el espacio. 

Según los análisis que se han publicado en la revista Cell, se ha podido observar que las mitocondrias pueden volverse disfuncionales por los cambios de gravedad o la exposición a la radiación, entre otros factores.

Esta revelación, que ha sido posible gracias a la contribución de diversas disciplinas científicas, nos ha ayudado a comprender cuáles son los efectos de los viajes espaciales en la salud. Dicho trabajo tiene implicaciones tanto para futuros proyectos como para la medicina en la Tierra, ya que su objetivo es el de ampliar el conocimiento de los cambios metabólicos.

Evagelia C. Laiakis, coautora del estudio, explica que los esfuerzos que realizó el grupo de investigadores a cargo del estudio giraron en torno al tejido muscular de los ratones que fueron enviados al espacio y en comparar estas muestras de tejido con los análisis de otros científicos que examinaron tejidos diferentes en ratones. La conclusión fue que, a pesar de que cada científico perteneciente al grupo observó un tejido distinto a los demás, la función mitocondrial de cada uno de ellos se había visto afectada por los viajes espaciales.

Del mismo modo, pudieron acceder a los datos de la NASA sobre bioespecímenes que habían volado al espacio para poder hacer otras comparaciones. Los datos de los gemelos Mark  y Scott Kelly fueron particularmente significativos, ya que les posibilitaron comparar los efectos sobre la salud de un astronauta en el espacio, Scott, con los de su hermano, el cual se encontraba en tierra.

Al confrontar los datos humanos con los de los ratones, los investigadores fueron capaces de determinar que los viajes espaciales provocaban ciertas variaciones metabólicas, como cambios en el hígado más notable que en otros órganos y una función mitocondrial afectada.

En vista de que los viajes espaciales casi siempre exponen a las personas a niveles de radiación más altos de los que se encontrarían en la Tierra, los científicos eran conscientes de que tal exposición podría dañar a las mitocondrias. Con este conocimiento sobre el impacto de la radiación en estos orgánulos celulares, los estudios clínicos oncológicos en nuestro planeta tendrían la capacidad de adaptar la radioterapia en el futuro para proteger mejor los tejidos.

Esta investigación también tiene repercusiones significativas para los viajes de Marte, ya que conllevan un tiempo mucho más largo en el espacio y, por lo tanto, una exposición de más duración a las radiaciones, algo inquietante para los investigadores.

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