Las mitocondrias son unos orgánulos celulares que se encuentran en el citoplasma, y están formados por una doble membrana que limita un espacio intermembranoso y una matriz mitocondrial. Además es un orgánulo que cuenta con su propio material genético, que difiere del material genético del núcleo. Esto influye a veces de manera negativa, ya que muchas enfermedades son el resultado de mutaciones en el ADN de la mitocondria.
También las mitocondrias son un elemento fundamental para la supervivencia de las células tumorales, ya que además de ser una fuente de alimento y desarrollo para las células, son un componente básico y muy necesario para generan nuevos componentes necesarios para producir más células, a medida que las células cancerosas se dividen.
La revista Nature ha publicado un artículo en el que los científicos afirman haber trabajado para conseguir un tratamiento que desarrollar inhibidores que interfieren en la función mitocondrial de las células cancerosas. Confirman que en su investigación con estos inhibidores, conseguían detener la proliferación de las células cancerosas y reducir el crecimiento tumoral en ratones. Todo ello sin que las células sanas se vieran afectadas. Esto supone un gran avance para poder más tarde diseñas este tratamiento con inhibidores pero para ser empleado en humanos.
La estrategia que han empleado los científicos para este estudio, fue el diseño de inhibidores muy selectivos que se dirigen directamente al material genético de la mitocondria, es decir al ARNt, ya que este tiene un papel fundamental en la formación de nuevas mitocondrias. Ha costado llegar hasta esta técnica, ya que lo que se solía hacer para la investigación de este problema, era centrarse en inhibir de forma aguda la función mitocondrial. Dicha estrategia generaba numerosos efectos secundarios graves, ya que las mitocondrias son claves para el funcionamiento correcto de los tejidos.Volviendo con el nuevo estudio los científicos afirman que al ser conscientes de la rapidez con la que se dividen las células, en este caso las cancerosas, el papel del mtDNA era crucial para formar nuevas mitocondrias funcionales. Por ello su tratamiento consiste en dirigirse específicamente a la proliferación de las células cancerosas, quedando totalmente sin exponer ni dañarse las células sanas, durante un periodo sorprendentemente largo.
Finalmente los científicos observaron el mecanismo de acción de los fármacos con los nuevos inhibidores y los resultados fueron el agotamiento extremos de energía y nutrientes de las células cancerosas.Con esto consiguen que se reduzca el crecimiento del tumor y en última instancia mata a la célula. Por ello los autores terminan afirmando que estos inhibidores provocan potentes efectos para el tratamiento de cáncer en modelos preclínicos de ratón.
FUENTES:ABC, DiarioSalud
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