Este descubrimiento podría explicar por qué demasiado o muy poco, esta proteína interrumpe ese proceso y causa errores genómicos relacionados con el cáncer.
Según Scott Forth (profesor asistente de ciencias Biológicas y miembro del centro de Biotecnología y Estudios Interdisciplinarios del Instituto Politécnico Rensselaer), la PRC1 produciría una fuerza de fricción viscosa, dando una resistencia que provocaría el aumento de velocidad. La fricción producida es similar a la del agua.
Estos estudios creen que la fuerza que produce la proteína PRC1 se integra con los movimientos celulares a medida que el ADN se separa para que, en última instancia, se obtenga la tasa correcta de segregación cromosómica. Sin embargo, si el proceso es erróneo, las células terminan trabajando con el manual de instrucciones incorrecto, lo que puede conducir al crecimiento incontrolable del cáncer.
El laboratorio de Forth examina las fuerzas físicas ejercidas por componentes de estructuras celulares como el huso mitótico. El huso se forma cuando dos centrosomas, se colocan en lados opuestos de los conjuntos de cromosomas recién creados, y con suerte, idénticos, agrupados cerca del centro de la célula.
Una red densa de microtúbulos se extiende desde los centrosomas, formando una jaula que rodea y conecta los cromosomas. Luego, los microtúbulos, ayudados por millones de proteínas y proteínas motoras, comienzan a acortarse y deslizarse, tirando de los cromosomas hacia los centrosomas, hasta que los dos conjuntos se hayan separado.
La proteína PRC1 es un "reticulador", una molécula larga y elástica con una cabeza en cada extremo que une dos microtúbulos a lo largo de su longitud. Cerca del centro del huso mitótico, grandes cantidades de PRC1 unen grupos de microtúbulos en haces.
El equipo de Forth creó una versión controlada del mecanismo deslizante de microtúbulos en su laboratorio y utilizó una técnica de atrapamiento óptico para medir la fuerza de fricción que la PRC1 ejerce entre los microtúbulos deslizantes. A esta proteína se le introdujo una molécula fluorescente, lo que les permitió observar su movimiento y distribución cambiantes a medida que los microtúbulos se separaron. El equipo utilizó una microscopía de fluorescencia de reflexión interna total para recopilar imágenes del experimento mientras registraban simultáneamente las fuerzas.
Otro punto importante fue el descubrimiento; por parte de Forth y sus colegas de que, a medida que se agrega más proteína al sistema, los microtúbulos encuentran más resistencia a medida que se mueven más rápido, esencialmente, la PRC1 se comporta como un pegamento que mantiene la celda unida.
Según Forth, la ausencia de esta proteína puede causar problemas, porque la célula falla en la división. Si no hay demasiada, se cree que aglutina el trabajo y da lugar a una elevada fuerza de unión, que puede ser la forma en que esta proteína esté relacionada con el cáncer.
Con relación a los resultados, el decano de la facultad de ciencias, Curt Breneman expuso que la investigación revela el funcionamiento interno de un mecanismo fundamental de biología, que proporciona conocimientos para poder llegar a la cura del cáncer y será útil en un futuro.
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