LA RELACIÓN ENTRE LOS GENES Y EL COVID-19

Uno de los mayores enigmas de la pandemia es por qué algunas personas con covid-19 no presentan síntomas y otras sí se enferman gravemente.

Esto es debido a que los genes hacen que algunas personas sean más susceptibles a los síntomas graves de COVID-19.

Un equipo de investigadores determinó que la genética tiene mucho que ver y los hallazgos sobre dónde falla el sistema inmunológico podría ayudar a identificar nuevos tratamientos.

Un grupo de investigadores analizaron el ADN de pacientes en más de 200 unidades de cuidados intensivos en hospitales de Reino Unido e identificaron particularidades genéticas que ayudan a explicar por qué algunos pacientes sufren un versión más severa de esta enfermedad, lo que podría ser un punto a favor de los tratamientos.

Los científicos escanearon los genes de cada persona y sus genomas se compararon con el ADN de personas sanas para identificar cualquier diferencia genética,  hallaron ocho secuencias genéticas comunes en los enfermos graves de la COVID-19

Kenneth Baillie, el principal autor del estudio publicado en Nature, de la Universidad de Edimburgo explica que la belleza de la genética es que puede prever los efectos de un medicamento y lo verdaderamente excitante con este estudio es que se ha identificado genes que están directamente implicados desde un punto de vista terapéutico, lo que puede llevar a tratamientos.

Al profundizar ese estudio pudieron aislar dos genes en particular, el TYK2 y el CCR2, cuyo papel es codificar las proteínas implicadas en la respuesta inflamatoria del organismo es decir, actuar sobre esas sustancias puede hacer disminuir la gravedad de la enfermedad.

Según Kenneth Baillie, se ha demostrado que los genes que producen más proteína TYK2 representan más riesgos en caso de COVID pero, existe un medicamento en el mercado que la inhibe, denominado inhibidores de las cinasas Jano (JAK) que son utilizados en particular contra la poliartritis reumatoide, una enfermedad inflamatoria.

Igualmente se está ensayando un tratamiento mediante anticuerpos de síntesis que combate la acción de la proteína CCR2.

El estudio encontró otras diferencias genéticas en un gen llamado DPP9, que juega un papel en la inflamación, y en un gen llamado OAS, que ayuda a evitar que el virus haga copias de sí mismo.

También, el gen IFNAR2, que está vinculado a una potente molécula antiviral llamada interferón, que ayuda a activar el sistema inmunológico tan pronto como se detecta una infección.

Se cree que producir muy poco interferón puede darle al virus una ventaja temprana, lo que le permite replicarse rápidamente y provocar una enfermedad más grave y el profesor Jean-Laurent Casanova, quien llevó a cabo las investigaciones, de la Universidad Rockefeller en Nueva York, explica que el interferón representó casi el 15% de los casos críticos de covid-19 registrados internacionalmente en ese grupo.

Además, el interferón se puede administrar como tratamiento, pero un ensayo clínico de la Organización Mundial de la Salud concluyó que no ayuda a los pacientes muy enfermos, sin embargo, el profesor Casanova dijo que el momento de la administración era importante, y si se administra en los primeros dos, tres o cuatro días de la infección, el interferón funcione, porque esencialmente proporcionaría la molécula que el paciente no produce por sí mismo o por sí misma.

Por tanto, las vacunas deberían reducir drásticamente el número de casos de covid-19, pero es probable que los médicos sigan tratando la enfermedad en cuidados intensivos durante varios años en todo el mundo, por lo que existe una necesidad urgente de encontrar nuevos tratamientos.

Fuentes: BBC, La República

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