CIENTíFICOS DISEÑAN CEREBROS SEMEJANTES A LOS DE NEANDERTAL

 El Homo neanderthalensis es una de las especies que presenta un antecesor común más cercano con el ser humano, u Homo sapiens; y que, dada la cercanía que presenta a esta nuestra especie, se integra dentro del mismo género taxonómico.

Dicho esto, resulta complicado entender las causas que le llevaron a la extinción hace unos 40.000 años, pues presenta características y rasgos existentes también en el ser humano, como el manejo del fuego y el cuidado de los enfermos, e incluso un mayor tamaño promedio de perímetro craneal.

Para encontrar respuestas a todas las incógnitas que se plantean, el biólogo brasileño Alysson Muotri ha creado minicerebroides modificados genéticamente para asemejarse a cerebros de neandertales. Con este objetivo el equipo científico ha descubierto 61 genes que diferencian a los neandertales de los actuales sapiens. Uno de los genes más importantes es el NOVA1, de vital importancia para el desarrollo temprano del cerebro, por lo que han introducido su variante neandertal en una célula humana capaz de convertirse en una célula cerebral. El equipo ha publicado su investigación en la revista Science.

El estudio muestra que al llevar a cabo el procedimiento antes mencionado, el gen NOVA1 neandertal produce minicerebroides con diferente estructura y conexiones con respecto al cerebro humano. Además, este gen parece estar, no solo en los neandertales, sino también en otras especies del género Homo como en los denivosanos.

La introducción del genoma neandertal ha sido posible mediante la técnica de edición genética CRISPR, que otorgó a sus creadoras el premio nobel 2020.

Los estudios que investigan nuestro origen genético resultan de gran importancia, pues nos permiten entender las mutaciones que nos llevan a ser humanos. Además, resulta igualmente importante para entender diversos trastornos psicológicos como el autismo y la epilepsia, pues los cerebroides, aunque no muestran toda la complejidad real del cerebro, permiten modelar y experimentar con las funciones cerebrales.

No obstante, es importante a su vez recalcar que la investigación en este campo es ciertamente complicada, pues la diferenciación genética que separa al ser humano de los neandertales no se encuentra ni mucho menos codificada por un solo carácter, por lo que no pueden extraerse conclusiones definitivas sobre esta investigación; a lo que se une el hecho de que, como ya he dicho, los cerebroides pueden servir para llevar a cabo pruebas, pero no resultan perfectos.

Fuentes: El País, ABC

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