DORMIR LA SIESTA ESTÁ DETERMINADO POR NUESTROS GENES

Por increíble que parezca, la necesidad de dormir la siesta tiene que ver en parte por tus genes, estos han sido los datos sacados de una investigación anglo-española formado por el equipo de la investigadora Marta Garaulet y el Massachusetts General Hospital (MGH). Se han encontrado docenas de regiones genéticas que determinan la tendencia de dormir la siesta de una persona. También han descubierto si este pequeño descanso tiene alguna relación con la salud o una enfermedad cardiovascular (pero esta última no se ha confirmado).

La catedrática de Fisiología afirma haber descubierto "por qué hay personas que, después de comer, necesitan descansar, mientras que otros teniendo la misma oportunidad de dormir la siesta, no lo hacen. Incluso aunque lo intenten, no lo consiguen. Y es que dormir la siesta está determinado en parte por nuestros genes. La genética también nos ayuda a comprender por qué para algunos la siesta es beneficiosa y para otros no lo es. Este estudio sugiere que en el futuro quizás se puedan establecer recomendaciones personalizadas sobre si dormir o no siesta; y sobre la frecuencia o la duración, en función de la genética del individuo”.

El estudio ha sido realizado en personas británicas y analizando bases de cientos de miles de datos genéticos y de estilo de vida relacionados con otros hábitos del sueño. Así se determinaron tres tipos de "siesteros". Primero están los propensos al sueño (los cuales duermen la siesta porque simplemente necesitan más horas de sueño que el resto), después están las personas con sueño ligero (necesitan completar las horas de sueño) y por último los madrugadores (se levantan temprano y durante la siesta recuperan las horas no dormidas).

Ya sabían de la existencia del gen KSR2, el cual está muy relacionado con el sueño. Ahora han hallado 123 zonas del genoma humano relacionadas con dormir la siesta. También han estudiado algunas variaciones genéticas ligadas a la siesta asociadas con un neuropéptido llamado orexina, que relacionan con la tendencia a desvelarse que sufren algunas personas, y que está ligado a enfermedades como narcolepsia.

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