EL PAPEL DE LOS GENES EN EL DESARROLLO DE LA ESQUIZOFRENIA

Según un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, a partir de las puntuaciones genéticas de los genes relacionados con la esquizofrenia en la placenta, es posible predecir el tamaño del cerebro del bebé al nacer y la velocidad de su desarrollo cognitivo, el cual afectado por diversos factores, puede llevar a padecer esquizofrenia más adelante en la vida.

Investigadores del LIBD y UNC realizaron resonancias magnéticas en el recién nacido y midieron el desarrollo cognitivo durante los primeros dos años de vida. Con ello notaron que esto era más común entre los hombres.

Daniel R. Weinberger, director ejecutivo y director del Instituto Lieber señaló que al identificar genes específicos activados en la placenta que parecen ser exclusivos del riesgo de esquizofrenia, nos enfocamos en una serie de procesos biológicos destinados a mejorar la salud placentaria y reducir el riesgo de esquizofrenia.

Ha añadido que hasta ahora, la prevención desde los primeros años de vida parecía imposible, si no inimaginable, pero este nuevo conocimiento brinda la posibilidad de cambiar este paradigma

Weinberg señaló que la mayoría de los niños con puntuaciones altas de genes de esquizofrenia en la placenta no desarrollarán esquizofrenia, porque otros factores genéticos y ambientales compensarán estos efectos placentarios en el desarrollo futuro. Sin embargo, dijo que, en principio, las personas que tienen otros factores genéticos de riesgo de esquizofrenia y complicaciones en una etapa temprana de la vida durante el embarazo pueden no ser capaces de compensar y desarrollarán la enfermedad, especialmente si es un hombre.

Los investigadores también encontraron que en individuos adultos con esquizofrenia, la misma puntuación genética que representa la expresión del gen placentario.

El estudio, realizado por John H. Gilmore y el doctor Weinberger, se basa en más de 30 años de evidencia científica que muestra que el riesgo de esquizofrenia, aunque se diagnostique por primera vez en la vida adulta temprana, comienza mucho antes en la vida, incluso en la vida prenatal.

Muchos estudios han demostrado que las complicaciones durante el embarazo (como infecciones y desnutrición) aumentan la probabilidad de esquizofrenia. Estudios genéticos recientes han demostrado que muchos genes considerados factores de riesgo de esquizofrenia se expresan en grandes cantidades en el cerebro antes del nacimiento y se activan cuando el embarazo es complicado.

Estos resultados previos indican que la salud de la placenta puede ser un factor de riesgo para la esquizofrenia, sobre todo si la descendencia es masculina, el impacto es aún mayor. También llevaron a los investigadores a explorar más a fondo la interacción biológica entre la salud placentaria y el desarrollo neurológico.

Winberger destacó que diversos estudios, llevados a cabo por UNC y LIBD, han señalado la importancia de la placenta y de la vida temprana en la esquizofrenia. Por ello, aunque comprender las trayectorias que conducen a este trastorno del neurodesarrollo es un gran desafío, es necesario para diseñar estrategias de prevención.

Fuentes: Infobae, Infosalus

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