Por primera vez, un equipo dirigido por biólogos pertenecientes a la Universidad de Copenhague ha logrado completar el primer mapa genético del ornitorrinco que establece un vínculo evolutivo entre los mamíferos y las aves.
El ornitorrinco es, a menudo, considerado el mamífero más extraño del mundo. Desde que fue descubierto en Australia a finales del 1700, la peculiar criatura semiacuática con pico de pato ha desconcertado a los científicos.
Actualmente, los investigadores intentan entender cómo el ornitorrinco llegó a ser tan exclusivo. Su comprensión ha avanzado y se demuestra en el estudio que fue publicado en la revista Nature.
El profesor Guojie Zhang explicó en un comunicado que el genoma completo les suministró las respuestas sobre cómo surgieron las algunas de las características raras del ornitorrinco. Al mismo tiempo, nos aclara que descodificar el genoma del ornitorrinco es importante para mejorar nuestro entendimiento de cómo evolucionaron otros mamíferos, entre los que se encuentran los humanos. Esa descodificación es la clave de por qué nosotros y otros mamíferos eutheria evolucionamos para transformarnos en animales que dan a luz a criaturas vivas en vez de animales que ponen huevos.
El ornitorrinco pertenece al grupo de los monotremas, que existieron millones de años antes de la aparición de cualquier mamífero moderno. Pero lo que nos llama la atención de este animal, es el hecho de que sea una mezcla de mamífero, ave y reptil.
Una de las características más extrañas del ornitorrinco es que, mientras pone huevos, también posee unas glándulas mamarias que usan para alimentar a sus crías. Es decir, que no les dan de comer a través de los pezones, sino que lo hacen a través de la leche, que es el sudor de su cuerpo.
A lo largo de nuestra propia evolución, los seres humanos hemos perdido 3 genes llamados vitelogenina, cada uno de los cuales es importante para la producción de las yemas de huevo. El estudio demuestra que los ornitorrincos todavía tienen uno de estos tres genes y es por ello que todavía puede seguir poniendo huevos. Es probable que esto sea porque no depende tanto de la creación de las proteínas de la yema, ya que ellos elaboran leche para sus crías.
La investigación también muestra que el ornitorrinco, al igual que otros mamíferos, posee genes de caseína y que, por consiguiente, la composición de la leche es parecida a la de, por ejemplo, las vacas o los humanos.
Guojie Zhang asegura en su estudio que la producción de leche en todas las especies de mamíferos existentes se ha desarrollado a través del conjunto de genes derivados de un ancestro común que vivió hace ya más de 170 millones de años, a la vez que los dinosaurios del período Jurásico.
El trabajo realizado por los investigadores de esta universidad también desvela que el ornitorrinco perdió sus dientes cuando desaparecieron cuatro de los ocho genes responsables del desarrollo de los mismos. Actualmente, el ornitorrinco dispone de dos platos de cuerno para poder triturar la comida.
Otra anomalía del ornitorrinco que llamó la atención de los autores de esta investigación fue la manera de determinar su sexo. Todos los mamíferos de la Tierra tienen dos cromosomas sexuales que determinan el sexo: el sistema de cromosomas X e Y, en el que el XX es femenino y el XY es masculino. En cambio, los monotremas, incluidos los ornitorrincos, tienen cinco cromosomas X y cinco cromosomas Y.
Gracias a los genomas del nivel cromosómico casi completos, los investigadores ahora pueden sugerir que estos 10 cromosomas se organizaron en forma de anillo, que se dividió posteriormente en una gran cantidad de pequeñas porciones de cromosomas X e Y. A su vez, el mapeo del genoma desveló que la mayoría de los cromosomas sexuales monotremas tienen más cosas en común con los pollos que con los humanos, lo que muestra el vínculo evolutivo entre aves y mamíferos.
Fuentes: La Nación, Europa Press
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