¿QUÉ COMPARTIMOS LOS HUMANOS CON LOS PRIMEROS ANIMALES?

El gen es la unidad física básica de la herencia. Los genes se transmiten de los padres a la descendencia y contienen la información necesaria para precisar sus rasgos. Ahora bien, ¿Qué pensarías si te dijesen que actualmente los humanos compartimos genes con los primeros seres vivos que habitaron el planeta Tierra? Pues esto es precisamente lo que afirma el reciente graduado de doctorado de la UCR Scott Evans y su compañero Droser, en su artículo publicado recientemente en la revista Proceedings of the Royal Society B.

Ambos científicos han llegado a estas conclusiones gracias a los registros fósiles bien conservados, que les han permitido vincular la apariencia y los comportamientos probables de los primeros animales con el análisis genético de los seres vivos actualmente.

Los seres primitivos de los que se habla son criaturas oceánicas de 555 millones de años del período Ediacara. Las kimberella, por ejemplo, eran criaturas en forma de lágrima, con un extremo ancho y redondeado y otro estrecho, que probablemente raspaban el fondo del mar en busca de comida con una probóscide como la 'lengua' de las mariposas. Además, podrían moverse usando un 'pie musculoso' como los caracoles de hoy. El estudio incluyó a Dickinsonia, de forma ovalada con una serie de bandas elevadas en su superficie, y Tribrachidium, que pasaba su vida inmovilizado en el fondo del mar. Por último el estudio mencionó un cuarto animal, los Ikaria wariootia.

Los cuatro animales eran multicelulares, con células de diferentes tipos. La mayoría tenía simetría en sus lados izquierdo y derecho, así como sistemas nerviosos y musculatura no centralizados. Además, parecen haber podido reparar partes dañadas del cuerpo mediante un proceso conocido como apoptosis. Los mismos genes involucrados son elementos clave del sistema inmunológico humano, lo que ayuda a eliminar las células precancerosas e infectadas por virus. Estos animales probablemente tenían las partes genéticas responsables de las cabezas y los órganos sensoriales que generalmente se encuentran allí. Sin embargo, aún no se había logrado la complejidad de la interacción entre estos genes que daría lugar a tales características.

Fuentes: ABC y Cienciaplus

Comentarios